/ viernes 1 de julio de 2022

¿Cómo si no está terminada?: inauguración de Dos Bocas sorprende hasta a tabasqueños

Incluso trabajadores que construyen la megaobra se mostraron sorprendidos al saber que el presidente López Obrador dará el banderazo de salida a una planta que no está terminada

PARAÍSO, Tab. A muchos habitantes de Paraíso e incluso a trabajadores de la Refinería Olmeca les toma por sorpresa la noticia de que el presidente Andrés Manuel López Obrador inaugurará este viernes su magna obra.

Te recomendamos: AMLO inaugurará Dos Bocas… pero solo las oficinas

“¿Pero cómo? ¿Si todavía no está terminada?”, es la respuesta cuando se entera un trabajador sobre la noticia del evento de apertura de la séptima planta de refinación en México.

Tanto pobladores de esta región del Grijalva como obreros de la construcción saben que a este megapoyecto insigne de la Cuatroté le falta tiempo para funcionar a toda su capacidad.

Alberto es de la Ciudad de México. Labora en la refinería en la instalación de sistemas de videovigilancia. No estaba enterado de que López Obrador asiste este 1 de julio a inaugurarla. Segundos después relaciona la inauguración con la carga de trabajo de las dos últimas semanas.

Hasta ahorita me cae el veinte lo de los trabajos a marchas forzadas con lo de la inauguración, aunque me imagino que sólo viene a inaugurar unas áreas, porque lo que yo veo es que todavía le falta mucho a esto”.

Desde las calles aledañas, los ruidos que se perciben a unos metros de la barda perimetral de la Refinería Olmeca de Dos Bocas son los de una obra en construcción.

Allá adentro los sonidos son los de máquinas trabajando al máximo de su capacidad, los de camiones de volteo descargando cemento, grava, varillas; los de golpes de metal, tráilers circulando, trabajadores soldando aquí y allá.

A unos metros de la Puerta 1, ubicada a pasos de la colonia Lázaro Cárdenas del Río, donde viven cientos de familias de trabajadores de la Sección 50 del Sindicato de Petróleos Mexicanos, se observan las enormes grúas de construcción, sin descanso, en el último esfuerzo por avanzar lo más que se pueda antes de la llegada del presidente.

Por las Puertas 3 y 4, del lado norte de la refinería, la actividad es intensa a las dos de la tarde.

Uno tras otro, ingresan con carga y salen vacíos decenas de camiones de volteo, pipas de concreto, tráilers de uno o dos remolques, tractores de construcción, camionetas y autos de las empresas contratistas, y cientos de obreros con sus overoles anaranjados.

La urgencia por tener todo listo para este viernes es tal que funcionarios de Pemex, del Instituto Mexicano del Petróleo (IMP) y de la Secretaría de Energía (Sener) la hacen de policías de tránsito, de jardineros, de guardias de seguridad en los accesos.

A MARCHAS FORZADAS

Otro panorama completamente distinto se observa en la zona trasera de la planta de refinación, la del lado oriente, la que da hacia el Golfo de México.

En el sitio se dejan ver, detrás de la barda perimetral, los domos de al menos veinte contenedores de almacenamiento, vacíos, con el logotipo de Pemex.

La situación del avance real en la construcción de este megapoyecto de la llamada Cuatroté se contempla en toda su dimensión a través de las aberturas de unos 15 centímetros entre barda y barda.

En esos resquicios aún no se echa el colado de concreto y se alcanza a visibilizar una obra en proceso, inacabada.

Alrededor de los contenedores los encharcamientos por las lluvias de los últimos días son notorios. Andamios aquí y allá con trabajadores concentrados en su labor. Ductos, varillas y mangueras amontonados en distintas áreas. Trajín intenso por todas partes.

Raymundo, trabajador en la megaobra, procedente de Nacajuca, Tabasco, también desconoce de la inauguración programada para este viernes y de la visita del presidente López Obrador.

“Ha de ser otra visita de supervisión, ¿no? Viene seguido a hacer recorridos”.

Es hasta que se le enseña una nota periodística sobre el evento cuando por fin se entera.

Aunque las dudas persisten: “Pero no nos han dicho nada. No nos han informado si ese día tenemos que venir o lo van a dar libre”.

Voltea a ver a sus compañeros. Levantan los hombros. Tampoco saben.

Mientras unos desconocen, otros intensifican sus labores, dentro y fuera de la Refinería de Dos Bocas.

Los obreros de la construcción ya también le entraron al asunto de la pinta de puentes peatonales; al de echar chapopote y aplanar una parte de la carretera Paraíso-La Ceiba; al jale de cortar maleza, podar árboles, y al de cercar las jardineras recién remodeladas.

En otro frente de batalla, elementos de la Marina resguardan fuertemente los accesos a la Refinería Olmeca, en algunos puntos incluso con camionetas tipo Hummer de combate. La orden es que ninguna persona ajena a la construcción se acerque a las puertas de ingreso, mucho menos para tomar fotografías o videos.

Y no todo es furor en Pemex por la construcción del megaproyecto. Al menos así lo manifiestan los trabajadores petroleros de la Sección 50, que viven desde hace cuatro o cinco décadas en la colonia Lázaro Cárdenas, a un costado de la refinería.


A unos metros de la Puerta 1, los petroleros colocaron una manta que reclama distintos derechos laborales que supuestamente les han negado en la actual administración, encabezada por Octavio Romero Oropeza.

“No hay pago oportuno de salarios y prestaciones. No hay insumos ni medicamentos en hospitales y clínicas. No hay recursos materiales en las áreas de trabajo”.

@RivelinoRueda



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PARAÍSO, Tab. A muchos habitantes de Paraíso e incluso a trabajadores de la Refinería Olmeca les toma por sorpresa la noticia de que el presidente Andrés Manuel López Obrador inaugurará este viernes su magna obra.

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“¿Pero cómo? ¿Si todavía no está terminada?”, es la respuesta cuando se entera un trabajador sobre la noticia del evento de apertura de la séptima planta de refinación en México.

Tanto pobladores de esta región del Grijalva como obreros de la construcción saben que a este megapoyecto insigne de la Cuatroté le falta tiempo para funcionar a toda su capacidad.

Alberto es de la Ciudad de México. Labora en la refinería en la instalación de sistemas de videovigilancia. No estaba enterado de que López Obrador asiste este 1 de julio a inaugurarla. Segundos después relaciona la inauguración con la carga de trabajo de las dos últimas semanas.

Hasta ahorita me cae el veinte lo de los trabajos a marchas forzadas con lo de la inauguración, aunque me imagino que sólo viene a inaugurar unas áreas, porque lo que yo veo es que todavía le falta mucho a esto”.

Desde las calles aledañas, los ruidos que se perciben a unos metros de la barda perimetral de la Refinería Olmeca de Dos Bocas son los de una obra en construcción.

Allá adentro los sonidos son los de máquinas trabajando al máximo de su capacidad, los de camiones de volteo descargando cemento, grava, varillas; los de golpes de metal, tráilers circulando, trabajadores soldando aquí y allá.

A unos metros de la Puerta 1, ubicada a pasos de la colonia Lázaro Cárdenas del Río, donde viven cientos de familias de trabajadores de la Sección 50 del Sindicato de Petróleos Mexicanos, se observan las enormes grúas de construcción, sin descanso, en el último esfuerzo por avanzar lo más que se pueda antes de la llegada del presidente.

Por las Puertas 3 y 4, del lado norte de la refinería, la actividad es intensa a las dos de la tarde.

Uno tras otro, ingresan con carga y salen vacíos decenas de camiones de volteo, pipas de concreto, tráilers de uno o dos remolques, tractores de construcción, camionetas y autos de las empresas contratistas, y cientos de obreros con sus overoles anaranjados.

La urgencia por tener todo listo para este viernes es tal que funcionarios de Pemex, del Instituto Mexicano del Petróleo (IMP) y de la Secretaría de Energía (Sener) la hacen de policías de tránsito, de jardineros, de guardias de seguridad en los accesos.

A MARCHAS FORZADAS

Otro panorama completamente distinto se observa en la zona trasera de la planta de refinación, la del lado oriente, la que da hacia el Golfo de México.

En el sitio se dejan ver, detrás de la barda perimetral, los domos de al menos veinte contenedores de almacenamiento, vacíos, con el logotipo de Pemex.

La situación del avance real en la construcción de este megapoyecto de la llamada Cuatroté se contempla en toda su dimensión a través de las aberturas de unos 15 centímetros entre barda y barda.

En esos resquicios aún no se echa el colado de concreto y se alcanza a visibilizar una obra en proceso, inacabada.

Alrededor de los contenedores los encharcamientos por las lluvias de los últimos días son notorios. Andamios aquí y allá con trabajadores concentrados en su labor. Ductos, varillas y mangueras amontonados en distintas áreas. Trajín intenso por todas partes.

Raymundo, trabajador en la megaobra, procedente de Nacajuca, Tabasco, también desconoce de la inauguración programada para este viernes y de la visita del presidente López Obrador.

“Ha de ser otra visita de supervisión, ¿no? Viene seguido a hacer recorridos”.

Es hasta que se le enseña una nota periodística sobre el evento cuando por fin se entera.

Aunque las dudas persisten: “Pero no nos han dicho nada. No nos han informado si ese día tenemos que venir o lo van a dar libre”.

Voltea a ver a sus compañeros. Levantan los hombros. Tampoco saben.

Mientras unos desconocen, otros intensifican sus labores, dentro y fuera de la Refinería de Dos Bocas.

Los obreros de la construcción ya también le entraron al asunto de la pinta de puentes peatonales; al de echar chapopote y aplanar una parte de la carretera Paraíso-La Ceiba; al jale de cortar maleza, podar árboles, y al de cercar las jardineras recién remodeladas.

En otro frente de batalla, elementos de la Marina resguardan fuertemente los accesos a la Refinería Olmeca, en algunos puntos incluso con camionetas tipo Hummer de combate. La orden es que ninguna persona ajena a la construcción se acerque a las puertas de ingreso, mucho menos para tomar fotografías o videos.

Y no todo es furor en Pemex por la construcción del megaproyecto. Al menos así lo manifiestan los trabajadores petroleros de la Sección 50, que viven desde hace cuatro o cinco décadas en la colonia Lázaro Cárdenas, a un costado de la refinería.


A unos metros de la Puerta 1, los petroleros colocaron una manta que reclama distintos derechos laborales que supuestamente les han negado en la actual administración, encabezada por Octavio Romero Oropeza.

“No hay pago oportuno de salarios y prestaciones. No hay insumos ni medicamentos en hospitales y clínicas. No hay recursos materiales en las áreas de trabajo”.

@RivelinoRueda



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