México debe contar con un marco regulatorio, un sistema judicial funcional, y un meticuloso control de capitales para evitar que al legalizar cualquier droga se incremente la violencia o la inestabilidad social, afirmó en entrevista Edgardo Buscaglia, investigador de la Universidad de Columbia.
“La regulación de drogas no debilita a la delincuencia organizada, no es un instrumento para combatirla dada su diversificación, su flexibilidad y su capacidad de legalizar sus capitales. En México tienen que ver la legalización como un problema de salud pública, y no como un mecanismo para destruir a los cárteles”, indicó el académico.
En la medida en que se regule de manera adecuada la producción, distribución y consumo al mayoreo de drogas psicoactivas, como las sintéticas, se dará oportunidad de fortalecer el sistema judicial, el sistema regulatorio y el control de capitales ilícitos, explicó.
“Lo primero que hay que hacer es asegurarse que el marco legal no criminalice, sino que despenalice el consumo de toda droga, pero para ello se tiene que tener una adecuada definición de lo que es un consumidor, y tener un sistema judicial que identifique al consumidor y no lo envíe a la cárcel como si fuera traficante, que es lo sucede hoy”, refirió.
La despenalización del consumo de droga, opinó el investigador en derecho y economía, debe ser inmediato “pero para que no aumente el consumo se requiere tener un esquema de prevención social con órganos administrativos que inunden de información al consumidor para que conozca lo que puede sucederle. Esto es diferente al tratamiento”.
Además, destacó, se debe contar con un detallado control de capitales a través de alguna Unidad de Inteligencia Financiera que trabaje de manera coordinada con las autoridades en lo penal, en lo tributario, en extinción de dominio, y en investigación patrimonial para identificar a los capitales ilícitos.
Cuando se abre el mercado sin una regulación, refirió Edgardo Buscaglia, hay un tsunami de capitales sucios hacia la industria legalizada de la mariguana lo cual genera competencia entre empresarios mafiosos, y empresarios limpios para entrar al mercado.
“El empresario mafioso es el que tiene mayor capacidad de corromper para obtener permisos regulatorios, por lo tanto los empresarios mafiosos se van a adueñar competitivamente del mercado. Además van a competir con producción y con violencia”, agregó.
La corrupción política, comentó, es lo que da incentivos a la violencia criminal la cual se exacerbará de no un existir un marco judicial, un marco regulatorio, de combate al lavado de dinero y se terminará legalizando a los capitales de la delincuencia organizada y legalizando a los carteles como empresas, lo que se debe evitar.
“Queremos aprender de los errores de otros países, pero adecuadamente. Hay que hacer las cosas bien, y se tiene que empezar a debatir el 'Cómo' se va implementar el marco institucional judicial, el marco regulatorio de parte del ejecutivo y el control del dinero de origen ilícito”, detalló.
Buscaglia expuso que “si la regulación de drogas psicoactivas representa un catalizador que ayude a avanzar en éstas tres áreas para cubrir los 45 vacíos institucionales en México, adelante, pero hay que comenzar a hacer éstas cosas de manera responsable, no como si fuese propaganda de pelotas de futbol”.
Con un marco regulatorio, agregó, la obtención de las semillas de mariguana se puede hacer por importación, o producirse internamente con biodiseño con los componentes de THC que tengan el mínimo daño a la salud y con ello se evita abastecerse de mercados ilegales.
“Hay que tener mucho cuidado, porque cuando se tienen vacíos regulatorios como los que padece México se deriva en errores de políticas públicas que se pagan con miles de vidas humanas hacia futuro, entonces hagamos las cosas bien, sin enamoramientos, sin panaceas”, apuntó.