El programa Sembrando Vida con el que el presidente Andrés Manuel López Obrador pretende regular la migración de centroamericanos hacia Estados Unidos, ha beneficiado a los hombres sobre las mujeres, quienes representan 49 por ciento de la migración en la región de México y Centroamérica.
De acuerdo con cifras de la Secretaría de Bienestar, desde su puesta en marcha en febrero de 2019, el programa, con el que además el gobierno de la 4T pretende mitigar el cambio climático, ha beneficiado con empleos permanentes a 420 mil 256 personas, de las cuales, 69 por ciento son hombres y 31 por ciento mujeres.
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El objetivo del programa es que para el año 2024 hayan sido sembradas un millón de hectáreas de árboles de maderables, frutales y de especias. Cada participante del programa recibe hasta cinco mil pesos al mes por hacer las labores de siembra, cuidado y cosecha. También son empleados cientos de técnicos que guían a los campesinos, quienes se encargan de un área de 2.5 hectáreas cada uno.
Organizaciones de apoyo a mujeres consultadas por El Sol de México consideraron que Sembrando Vida no ayudaría a resolver el problema de la migración de mujeres que aumentó marcadamente en los últimos cinco años, pues hasta hoy quedan al margen del programa que en su mayoría ha beneficiado a los hombres.
“Si la idea de ampliar este programa, que ya se aplica en Honduras y El Salvador, es generar empleos para que los centroamericanos se queden en sus países y no busquen ir a Estados Unidos, 80 por ciento de las mujeres que migran de esa región lo hacen huyendo de sus esposos o al sentirse amenazadas por las pandillas bajo su condición de madres o mujeres solas. Además la mayoría son mujeres entre 18 y 39 años para quienes la idea de trabajar en el campo no resulta atractivo, pues ni siquiera cuentan con un pedazo de tierra”, consideró el Instituto para las Mujeres en la Migración.
De acuerdo con la organización, a pesar de que son las mujeres quienes producen entre 60 y 80 por ciento de los alimentos de países en desarrollo como Honduras, El Salvador y Guatemala, son ellas las que sufren mayor violencia y marginación, lo que las empuja a una migración forzada.
Laura Elena Carrillo, directora ejecutiva de la Agencia de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AMEXCID), reconoció en entrevista que dentro de Sembrando Vida existe un problema de equidad, pero lo atribuye a los problemas que las guerras civiles en Centroamérica dejaron en la tenencia de la tierra.
“Recordemos que en países como El Salvador, por la guerra, existe un problema en la tenencia de la tierra pues no existían registros verídicos, pero ya se ha ido resolviendo, y estamos apoyando por su puesto que las mujeres tengan el derecho a ser las responsables de una parcela cuando su pareja no se encuentre o su padre haya fallecido, culturalmente puede ser complicado pero vamos avanzando”, explicó.