Las visiones sobre la educación sexual de la Secretaría de Educación Pública (SEP) y la Unión Nacional de Padres de Familia (UNPF) contrastan de manera importante. Mientras la primera apuesta por la apertura y diversidad a partir de información científica, la segunda rechaza incluir conceptos como homosexualidad en las escuelas públicas para dejar esas enseñanzas en el seno del hogar.
De acuerdo al documento Agenda sectorial para la educación sexual integral en sexualidad con énfasis en la prevención del embarazo a adolescentes de la SEP, se acepta la necesidad de adoptar un programa oficial contenido que vaya en contra de todo tipo de discriminación, incluida la de género.
“Garantizar una educación integral en sexualidad, para impulsar y fortalecer el desarrollo sicosexual de las niñas, niños, adolescentes y jóvenes. Promover el respeto, la protección y el ejercicio de los derechos sexuales y reproductivos, así como garantizar ambientes de convivencia basada en los principios de igualdad en la diversidad”, dicen los objetivos de la política educativa.
Lo anterior choca con los planteamientos de la Unión, organización que está en contra de que la diversidad sexual y conceptos como diferencia entre género y sexo, homofobia y transexualidad, erotismo y actividades para la autoexploración aparezcan en la educación oficial.
“Con estos contenidos, se está saturando de información y no de formación; es importante resaltar que el ser humano, no ha madurado ni emocional, ni corporalmente, pues a los doce años no se tiene la conciencia plena para la toma de decisiones que pueden repercutir el resto de su vida”, dice la carta donde la Unión pide un lugar en la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos.
De esta forma, la visión de la Secretaría de Educación Pública va encaminada a la difusión de conceptos biológicos y de autoexploración para prevenir el embarazo adolescente, la Unión apuesta a un estilo definidos por la Unesco como moralista, al transmitir formas de comportamiento o costumbres sociales consideradas como deseables por uno o varios grupos hegemónicos, basándose en sus juicios de valor.