Gudadalupe y Calvo, Chihuahua.- Santo Domingo es una comunidad donde la mayoría de sus pobladores huyeron de los enfrentamientos de grupos criminales que se disputan esta zona entre Chihuahua, Durango y Sinaloa, el triángulo dorado de la droga durante décadas, visitado por el presidente Andrés Manuel López Obrador hace apenas unas semanas en un evento en Atascaderos, Guadalupe y Calvo, por el arranque del plan nacional de Sembrando Vida.
“Todos se fueron, sólo quedamos ellas y yo”, narra una habitante de Santo Domingo, señalando a dos mujeres jóvenes y tres niñas, aquí había 40 familias que se fueron hace unos días, dejaron casas, tierras, los invernaderos de Sembrando Vida, animales y camionetas.
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El Sol de México publicó ayer que Sembrando Vida fue eliminado en la comunidad Las Trojas, en el municipio de Uruachi, Chihuahua, debido a que sus habitantes huyeron por la inseguridad.
Los elementos del Ejército escuchan atentos la denuncia de las últimas habitantes de Santo Domingo, y atestiguan que las casas están abandonadas, algunas con las puertas cerradas con candados, otras más abiertas de par en par, mismas que proceden a cerrar. La misión de los elementos del Ejército Mexicano de la 42 Zona Militar y del 76 Batallón de Infantería es restablecer el orden en la Sierra Tarahumara, asegurar que los bienes muebles e inmuebles de los desplazados no sean vandalizados ni robados, y dar garantía y seguridad para que los pobladores regresen a sus comunidades o acompañarlos a un lugar que ellos consideren seguro.
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Parece una tarea difícil, ya que los habitantes desplazados de las comunidades de Calabazas, Santo Domingo, Santa Rita, Mesa del Rincón, La Soledad, El Tigre, en el municipio de Guadalupe y Calvo, decidieron abandonar todo a cambio de conservar la vida, ante los enfrentamientos de los grupos de la delincuencia organizada que frecuentemente se realizan ahí.
Amín Corral Shaar, Visitador de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos en Parral, recibió la solicitud de auxilio de parte de un tercero, quien le comentó que los desplazados caminaron de noche y durmieron entre los cerros, esperando no ser detectados por los grupos criminales que señalan pertenecen a distintas bandas que se dedican al narcotráfico.
La CEDH hizo de conocimiento a la Fiscalía General del Estado de Chihuahua y a la 42 Zona Militar el llamado de auxilio, mismo que fue atendido tanto por la Agencia Estatal de Investigación como por el 76 Batallón de Infantería, este viernes 17 de junio. Allá en los caminos de la sierra, donde hay que ir en camioneta 4 X 4 para poder avanzar en los terracería, se encontraron los elementos de la Agencia Estatal de Investigación, ellos en sus camionetas blancas y sus torretas encendidas, mientras que los militares en sus vehículos verde olivo.
Intercambiaron impresiones, se dividieron el territorio, los de la AEI partieron a los poblados de la Soledad, El Tigre y Mesa del Rincón, y los elementos del 76 Batallón de Infantería a Santo Domingo, Santa Rita y La Soledad. En su camino, encontraron una camioneta pick up color rojo, abandonada, en un cristal las iniciales GN pintadas con aerosol, marca de la Gente Nueva, uno de los tres grupos que se disputan el territorio donde se siembra mariguana y amapola.
Los habitantes señalan que los grupos que tienen presencia en la zona son los Zetas, los Salgueiro y el Cártel de Sinaloa.
Llegando al poblado de Calabazas los castrenses aseguraron un rifle de asalto Ak-47, 116 cartuchos útiles 5.56X45, 25 cartuchos útiles .223, un cargador de disco vacío, ocho cargadores para arma Ak-47 y cinco cargadores para arma R15. También 500 kilogramos de mariguana en greña, mismos que fueron incinerados en el lugar. Tras caminar por los poblados, estos aparecen abandonados, animales de corral cruzando por enfrente de las casas buscando que comer, silencio y abandono.
En Santo Domingo, tres mujeres y dos niñas, deambulan por el pueblo, son las últimas personas en el lugar, ellas cuentan que hace 15 días hubo un gran enfrentamiento “fue un día y una noche de terror, todos estábamos dentro de nuestras casas escuchando las detonaciones de las armas de fuego y las carreras de las camionetas”.
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“Casi todos los del pueblo se fueron al día siguiente, otros apenas hace un par de días”, le informan a los elementos del 76 Batallón de Infantería, quienes toman anotaciones de lo que narran las mujeres.
El convoy militar partió de Parral el viernes 17 de junio a las 9 de la mañana; tras seis horas de camino arribaron a Guadalupe y Calvo a las 3 de la tarde, pero los desplazados ya se habían marchado.