El estado adoptó la fiesta brava con gran arraigo y la convirtió en una parte de sus tradiciones, siendo la Monumental Zacatecas, la sede de innumerables e históricos eventos taurinos.
Se trata de una de las plazas más grandes del norte del país que corre el peligro de convertirse en un elefante blanco, luego de que un juzgado federal prohibió la realización del tradicional serial de septiembre de este año siguiendo criterios de protección a los derechos de los animales.
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En agosto del 2022, un juzgado federal concedió al Colectivo Nacional Anticorrupción, Asociación Civil, la suspensión definitiva de las 10 corridas y novilladas programadas para la Feria Nacional de Zacatecas.
De reiterarse la sentencia para años futuros, la plaza en donde más de 11 mil personas podían disfrutar la fiesta brava, se limitaría a ser escenario de conciertos, mítines políticos, bodas y fiestas de quince años, organizadas por familias con la capacidad económica para pagar la costosa renta del lugar.
La prohibición judicial no fue respetada por la empresa organizadora del serial, Don Bull Productions, la cual llevó a cabo todos los eventos. Actualmente hay un procedimiento jurídico penal en contra de quien resulte responsable por el desacato.
Aunque la Monumental Zacatecas está por cumplir apenas medio siglo, la historia de la fiesta brava en el estado se remonta a los primeros años de la fundación de la ciudad en el periodo colonial. El registro que se tiene sobre la primera corrida de toros es de 1593, según informó Federico Praipo Chew, director de la Crónica del Estado.
Las corridas se hicieron en diferentes puntos de la ciudad. Se empezó en lo que fue la plaza principal, donde se montaba y se desmontaba una plaza de madera. Era una especie de pamplonada, traían a los toros y los soltaban para que corrieran a los corrales. Eran frecuentes los accidentes e incluso muertes porque la gente que salía a esquivar los toros, y no siempre corría con suerte.
En 1866 se construyó la plaza San Pedro que tras una remodelación integral, en el año de 1989, se convirtió en el hotel más lujoso de la ciudad, propiedad de la cadena Quinta Real. Hoy en día su ruedo también es usado para eventos sociales.
En la primera celebración para conmemorar el descubrimiento de las Minas de los Zacatecas, en el siglo XVI, se solicitó que se hicieran festejos, entre ellos las corridas de toros. Con frecuencia, éstas provocaban desorden y accidentes, por ello el capitán de la Nueva Galicia dictó una prohibición que duró varios años.
Incluso después de la independencia se volvieron a cancelar por “el carácter españolizante” que tienen las corridas, según recuerda el cronista estatal.
Desde un principio se pensó en una plaza de cantera, a tono con la arquitectura de la ciudad para así dar la imagen de la capital colonial, “rostro de cantera y corazón de plata”. Los encargados del proyecto de la Monumental fueron el arquitecto Marcos Aburto y los ingenieros Javier Reynoso y Salvador López.
Después de que el gobierno realizó una inversión de diez millones de pesos se inauguró el 5 de septiembre de 1976, a las 4:30 de la tarde, bajo un cartel taurino en el que estuvo Manolo Martínez, Antonio Lomelí y Manolo Arruza. Desde entonces, la plaza recibió a algunas de las máximas figuras mundiales de la fiesta brava.
Hasta hace meses, poco antes de la prohibición, la plaza dejó de estar a cargo del Centro de Ferias, del gobierno del estado, y paso a manos de Don Bull Productions. Alexis Aguilar, actual encargado del sitio, informó que la empresa cuenta con el contrato para administrar la plaza para los próximos seis años.
Don Bull Productions pertenece al empresario y político Pedro Haces Barba, quien recientemente confirmó su alianza con el promotor taurino Simón Casas para participar en la gestión de las plazas europeas de Albacete, Nimes y Madrid.
Aunque la vocación del inmueble es taurina, debido a su gran aforo, cada año es solicitada para efectuar en promedio 10 eventos sociales privados. Alexis Aguilar informó que el costo por evento es de 100 mil pesos.
Históricamente los seriales taurinos se desarrollan en septiembre y el resto del año la plaza estaba disponible para el mejor postor. Entre las actividades no taurinas están las bodas, los conciertos, los montajes de restaurantes y hasta las propuestas de matrimonio. Hoy no hay fecha confirmada para que el ruedo vuelva a ser pisado por alguna persona vestida de luces.
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