El presidente Andrés Manuel López Obrador confirmó que sí habló con Beatriz Gutiérrez Müller sobre la solicitud de perdón a España y el Vaticano para los pueblos originarios de México, pero al final él asume la responsabilidad.
Beatriz es una mujer con criterio y desde luego nos comunicamos, pero la responsabilidad es del presidente. Hubo un personaje que escribió que era yo un mandilón.
Ante una supuesta interferencia de su esposa en la toma de decisiones en el Ejecutivo Federal, acotó que en el caso de Gutiérrez Müller, sus órdenes son sus deseos.
Se dice tus deseos son mis órdenes, tus órdenes son mis deseos.
Reiteró que el objetivo de la disculpa no tiene ningún tinte de confrontación, pero sí sacó a relucir las ideologías racistas que se esconden bajo un discurso liberal, después de que el escritor peruano y residente en España, Mario Vargas Llosa, comentó que es el gobierno de México quien debe pedir perdón por mantener marginadas a las comunidades indígenas en todos estos años.
"Salió una corriente muy racista, porque se negaba el racismo y salió", señaló.
Insistió en que no se debe de olvidar el pasado, para que salgan al descubierto ese tipo de ideologías y consideró que "se exageró" la respuesta de la Corona Española.
El planteamiento es que salgan estas cosas, que no olvidemos el pasado, no con ánimo de confrontación, sino de poner todo esto al descubierto. Que se haga un relato conjunto objetivo, profesional, racional y que podamos todos disculpas a los pueblos originarios. Se olvidó que en el pedir perdón, haremos también nosotros lo que nos corresponde.
Sobre la filtración de la misiva que se envió al Rey de España, Felipe VI, acusó que el gobierno federal es espiado por los medios de comunicación conservadores y no darán a conocer el documento final hasta recibir una respuesta del país europeo.