Los cambios tecnológicos provocarán que en las siguientes dos décadas 32 por ciento de los trabajos cambiarán radicalmente, lo que pone en predicamentos a los gobiernos y empresas que deberán de crear las condiciones de capacitación para que las personas que pudieran perder su empleo por estos cambios encuentren otros, advierte la OCDE en su estudio "El futuro del trabajo".
Paolo Falco, experto de la OCDE sobre el Futuro del Trabajo, explicó que esto no significa que vayan a desaparecer esos empleos, sino que requerirán de gente más capacitada, lo cual obligará crear instituciones o mecanismos necesarios para tal cosa.
“Las intervenciones de los gobiernos, si bien son esenciales, probablemente no serán suficientes por sí mismas. Deben de participar todas las partes interesadas, incluidas las empresas que necesitan urgentemente trabajadores con las destrezas necesarias y un entorno social y económico propicio, promoviendo la creación de nuevos vínculos públicos-privados para ayudar en el logro ese objetivo”, dice el estudio.
Estos cambios tecnológicos sí pueden traer consecuencias negativas, ya que, al tener una economía con un sector amplio de manufactura, los avances técnicos van desplazando a los trabajadores humanos.
Por ejemplo, en los últimos años entre los países de la OCDE se redujo 20 por ciento las plazas laborales en la manufactura, mientras que en el sector servicio aumentó 27 por ciento. Otro sector que está muy comprometido es el de los jóvenes, ya que una persona de entre 20 y 30 años tiene 38 por ciento de probabilidades de ser desempleado.