En promedio, un mexicano pierde la vida cada día en el intento por cruzar, ilegalmente, la frontera norte hacia Estados Unidos, según cifras oficiales de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), las cuales revelan que en lo que va del año, un total de 166 connacionales han muerto, la mayoría de ellos en el estado de Arizona.
La cifra desde 2004 ya supera los cinco mil muertos. El río, el desierto y la violencia son algunos de los factores que terminaron con sus vidas, aunque también infortunios como accidentes de tránsito.
Tramitología amarra a migrantes en la frontera sur
De acuerdo con el Instituto Nacional de Migración (INM), la ruta del desierto y el río Bravo son las más peligrosas para los migrantes que llegan hasta la frontera norte buscando el “sueño americano”.
De los 166 mexicanos fallecidos este año, 82 perecieron en el desierto de Arizona, donde las extremosas condiciones climáticas complican el rescate de los migrantes, quienes suelen morir por deshidratación, durante el día, o hipotermia en las noches.
Las cifras de la cancillería reflejan un repunte en el número de fallecidos en referencia al mismo periodo de 2018, cuando 102 connacionales murieron, pero sobre todo a los registrados en 2015, cuando se registró 166 fallecidos en todo el año.
Las causas de este repunte que analiza la cancillería se refieren al incremento de la vigilancia por parte de las autoridades de Estados Unidos, que obligan a los migrantes a buscar rutas cada vez más alejadas para cruzar.
Aunque esperan que la cifra de fallecidos se detenga como consecuencia de la caída de cruces ilegales, a partir del acuerdo migratorio que México y Estados Unidos firmaron el pasado 7 de junio para detener el flujo de indocumentados, principalmente de centroamericanos, desde la frontera entre Chiapas y Guatemala.
Los mexicanos, sin embargo, siguen siendo mayoría en los decesos reportados por la Patrulla Fronteriza, seguidos por los centroamericanos, principalmente procedentes de Guatemala, Nicaragua y Honduras.
De acuerdo con el Proyecto de Migrantes Desaparecidos, que depende de la Organización Mundial para las Migraciones, la frontera entre México y Estados Unidos es uno de los pasos fronterizos donde más muertes de indocumentados se registran.
La organización enlista algunos de los corredores migratorios más fatales del mundo. El último informe en diciembre pasado muestra que en 2018 murieron 376 migrantes en ese paso fronterizo.
Para Javier Urbano, director del Programa sobre Migración de la Universidad Iberoamericana, el fallecimiento de connacionales en la frontera con Estados Unidos, desafortunadamente, no es un asunto nuevo, pero puede desbordarse si el gobierno “descuida” a sus ciudadanos por cumplir con Estados Unidos para detener a los centroamericanos.
“Así sea uno solo, es lamentable que continúe muriendo gente por buscar una mejor oportunidad de vida o huir de algún peligro”, afirmó el experto.
A consideración de Urbano, en medio de la crisis migratoria que enfrenta desde el sur, el gobierno mexicano debe reforzar las campañas de prevención.