La Universidad Nacional Autónoma de México no puede, como sugieren algunas voces, egresar indiscriminadamente a todos los estudiantes que están en sus aulas haciendo más laxos los sistemas de evaluación, consideró el rector Enrique Luis Graue Wiechers, y actual integrante de la terna de la que la Junta de Gobierno universitaria designará al próximo rector.
“Sería un fraude a la educación. Aflojar los sistemas de evaluación y permitir un egreso indiscriminado sin los conocimientos suficientes de los alumnos sería traicionar los fines mismos de una universidad y los fines para los que el Estado y la sociedad apuestan por nosotros. La universidad no debe bajar en calidad”, dijo.
Y abundó en que la UNAM sería la número uno del mundo si los rankings académicos tomaran en cuenta la contribución de ésta al desarrollo nacional.
“Los rankings en general hay algo que no miden, que es cómo colaboran las universidades al desarrollo social de un país. Esto es algo común en las universidades autónomas nacionales de Latinoamérica. Y ahí sumo desde la de Buenos Aires hasta la de San Carlos en Guatemala. Ellas son el motor de un país. A veces con grandes esfuerzos e insuficiencias presupuestales, pero están haciendo a Latinoamérica crecer”, subrayó.
Enfatizó en el hecho de que 67 por ciento de los estudiantes de la UNAM se encuentra en familias dentro de los deciles más bajos de ingreso en el país, haciendo realidad que haya movilidad social. “Se topa uno con una serie de ciudadanos que le dicen a uno `a mi la universidad me cambió la vida´. Y es cierto.”
Presupuesto e investigación
Sobre el presupuesto que recibirá la UNAM el próximo año, Graue dice que es el mismo del año pasado, lo cual ya es ganancia en estos tiempos de austeridad, otorgándole estabilidad a la Máxima Casa de Estudios, aunque sí reconoció que lo que quedará comprometido será la investigación.
“Si en algún lugar la Universidad puede verse apretada en los siguientes meses será en este rubro. De ahí que seguiremos insistiendo en tener una Ley de Ciencia y Tecnología que aspire a seguir creciendo en investigación y que el presupuesto del siguiente año contemple siempre más recursos para esta área”, aseguró.
Y dice no oponerse a hacer ahorros. “La austeridad es como una dieta. Y las dietas siempre son buenas, mientras no entre usted en inanición. Las dietas que hace la Universidad son siempre para mantenernos en forma. Y año con año se hacen”.
Señaló que aun dentro de esas restricciones presupuestarias, en su plan de trabajo para los próximos cuatro años figuran ampliar la conectividad cibernética de la institución, modificar la forma de enseñar para adecuarse a las nuevas tecnologías. Aun así, ya se cuenta con 28 carreras en línea y una matrícula de 30 mil estudiantes a distancia.
Tampoco considera superfluo ni prescindible invertir en las actividades artísticas y culturales, que han logrado que 2 millones 850 personas hayan asistido a algún evento organizado por la UNAM durante los años de su gestión, lo cual la convierte en el segundo polo cultural de la nación.
Universidades en problemas
Respecto al delicado panorama que se presenta a muchas instituciones de educación superior en el país, endeudadas y sin recursos, no descarta apoyarlas académicamente y celebra que la UNAM no se encuentre en una situación tan extrema, lo cual atribuye a la Ley Orgánica, cuyo sistema de nombramiento de autoridades universitarias, que data de hace más de 70 años, ha impedido que éstas queden supeditadas a poderes extra universitarios de los cuales después dependan sus recursos.
Considera que lo ideal es que cada entidad de la República tenga sus propias universidades regionales fuertes, porque sólo así se podrá conseguir el arraigo suficiente en los estudiantes para quedarse a ejercer su profesión en su estado, y de esa manera cumplir con el abasto de médicos, ingenieros o abogados que actualmente es tan desigual en el país y que tanto preocupa, y con razón, al presidente López Obrador.
Sobre los otros dos candidatos a la rectoría, la doctora Angélica Cuéllar y el doctor Pedro Salazar, Graue es todo elogios y ve en ellos la muestra de lo heterogénea y pluralidad de la Universidad.
Salud y futuro
Sobre su futuro personal, más allá de que permanezca o no en la rectoría de la Universidad, Graue Wiechers asegura no tener ambiciones políticas. “Me veo regresando a la academia o a mi carrera de oftalmólogo, pero no en alguna organización internacional, o haciendo política. Cada uno de los rectores pensamos diferente. Yo la verdad no me veo en otros puestos.”
Sobre las versiones de que su estado de salud se encuentra comprometido, el doctor Graue afirma que él se encuentra estupendamente. “Ya me han matado varias veces”, dijo.
Por si hubiera dudas me hice exámenes médicos, mismos que entregué a la Junta de Gobierno que tiene mi constancia de salud completita. No se reporta ninguna enfermedad crónica. “Crónica nada más es la vida…”.