Para mejorar la logística y evitar aglomeraciones de personas, como las vistas en los primeros días de la aplicación de la vacuna de Pfizer-BioNTech contra Covid-19, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) comenzó a instrumentar un Código QR para llevar un mejor control en la campaña de vacunación al personal médico que atiende la pandemia.
De acuerdo con la dependencia, el código QR se envía por correo electrónico al personal que será vacunado, con la fecha, hora y lugar donde deben presentarse para recibir la primera de dos dosis del antígeno y, de esta forma, evitar largos recorridos a pie desde los accesos de las instalaciones militares a la ubicación de los módulos de vacunación.
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Desde la semana pasada se tomó la decisión de que el personal hospitalario fuera transportado en camiones y, una vez al interior de la unidad, se les pedirían sus datos para verificar que estén en la lista de registro. Así sucedió el lunes en el Batallón de Policía Militar de Chivatito, en Calzada Molino del Rey, San Miguel Chapultepec, donde personal de Sanidad Militar vacunó a 675 integrantes de ocho hospitales que están en la Ciudad de México.
Un total de 22 camiones ingresaron al batallón de la Policía Militar transportando médicos, enfermeras, laboratoristas, técnicos y personal de limpieza del sector salud que laboran en el Hospital de Especialidades Centro Médico Siglo XXI, el Hospital Infantil de México, el Hospital General Dr. Rubén Leñero, el Hospital de la Mujer y el Instituto Nacional de Perinatología. También a trabajadores del Hospital General de Zona 27, del Hospital General de Ticomán y de la Unidad Temporal Citibanamex.
Una vez que el personal de salud recibe la vacuna, es registrado en una base de datos mediante el código QR personal y aportan un número de celular, al cual se les hará llegar la información sobre el día y lugar donde recibirán la segunda dosis.
El miércoles 31 de diciembre, médicos y enfermeras protestaron frente al Hospital de la Sedena en Iztapalapa para exigir la vacuna. Aunque habían llegado desde la madrugada a formarse afuera de las instalaciones militares “El Vergel”, y a pesar de que se habían registrado previamente vía correo electrónico, al llegar les indicaron que no estaban en ninguna lista y por ello no pudieron vacunarse.
Los inconformes cerraron las vías de circulación cercanas para exigir la aplicación de la vacuna. La secretaria de Salud de la Ciudad de México, Oliva López, pidió paciencia a los manifestantes.
Durante la misma semana surgieron denuncias de que en las listas de vacunación figuraba personal administrativo o que no atendía en primera línea la pandemia, mientras que el personal de salud con más contacto con pacientes enfermos, incluyendo residentes médicos, estaba relegado de los listados.
También surgieron los casos de influyentismo y de personas que se saltaban la línea de prioridad establecida por el Gobierno. Fue el caso del director del Centro Médico Adolfo López Mateos, que usó su cargo para que su esposa y una hija fueran vacunadas aún cuando no era su turno.