El "torito" se abría paso con estruendo por 20 de noviembre, mientras el sonoro rugir del cohetón se escuchaba hasta el Salón Tesorería del Palacio Nacional.
Más puntuales que la mañanera, unos 200 artesanos de la Unión de Pirotécnicos de Tultepec lanzaban una batería de cohetes, para ser escuchados por el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Su desmañada demanda estibaba en ser tomados en cuenta en el plan de desarrollo urbano municipal 2021, ante la construcción del aeropuerto de Santa Lucía, Felipe Ángeles.
Una fiesta de "toritos" y mojigangas, aderezados con bombas de humo multicolor tomaba el zócalo capitalino para manifestarse.
En la conferencia matutina apenas se escuchaban unos silbadores entre las 7:40 y 7:45, mientras el mandatario explicaba su plan para frenar la migración procedente de Centroamérica.
El presidente respaldaba al ministro Arturo Zaldívar y reconocía que será en la Cámara de diputados donde de tome de decisión de ampliar o no el periodo dos años al titular del Consejo de la Judicatura Federal (CJF), cuando una descarga de cohetes se escuchó en el recinto.
La nueva batería duró cinco minutos, pero ninguno de los asistentes a quienes se concedió la palabra ni el presidente hablaron sobre la intención de los manifestantes por “tronar” el aeropuerto.
Tampoco sobre la exigencia de los coheteros de crear un área de seguridad que proteja la comercialización de la pirotecnia y la aísle del movimiento urbano que supone la construcción de la terminal aérea, pues Tultepec está dentro del polígono de ocho municipios contemplados en el proyecto.
El olor a pólvora recordaba la tragedia del 20 de diciembre de 2016, cuando ardió el Mercado de San Pablito: 42 personas murieron y decenas resultaron heridas. Apenas, el pasado 7 de marzo, en La Saucera ocurrió una detonación en la zona de polvorines en la franja de talleres de pirotecnia, donde un artesano resultó con quemaduras de segundo grado.
Los pirotécnicos se arremolinaban en la esquina de Moneda. "Toritos" y mojigangas seguían con su danza en espera de la respuesta del presidente.
En la plaza, un niño hacía círculos con polvo de colores en sus brazos, a su lado, un grupo de maestros del Frente de Admisión Magisterial Definitiva (FAMD), que arribó como a las 10 de la mañana, demandaba el cumplimiento de la convocatoria.
Sus pancartas exigían el respeto a los criterios excepcionales bajo los que se emitió la Convocatoria de Admisión 2020- 2021, que contempla el proceso de admisión e incluye la aplicación del instrumento de valoración para la basificación de sus plazas.
Sin guardar mayor protección que el uso de un cubrebocas, los manifestantes se entremezclaban sin pudor. Los contingentes, pequeños pero cohesionados, protestaban por causas que consideraban justas.
En la mañanera, cuando López Obrador habló de sus opositores, reconoció que entre el pueblo también los tiene. Al mediodía, los artesanos se retiraron.
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