/ lunes 27 de mayo de 2024

Violencia, impunidad y desconfianza amenazan labor periodística: Ibero realiza mapa de agresiones

Todos los estados del país registran agresiones a periodistas, según el mapa de riesgos que realizó la Universidad Iberoamericana

En el mapa de riesgos de las agresiones a periodistas, en Veracruz tienen más presencia las agresiones físicas, los asesinatos, al igual que Oaxaca y Guerrero. Otros estados peligrosos para la labor periodística son Tamaulipas y Quintana Roo, y la Ciudad de México es la entidad en la que más agresiones verbales se documentan.

"Prácticamente en todos los Estados de la República hay violencia. En estos momentos no hay zona del país que sea segura para los periodistas", dice a El Sol de México la doctora Grisel Salazar Rebolledo, investigadora del Departamento de Ciencias Sociales y Políticas de la Universidad Iberoamericana CDMX.

"Antes, la Ciudad de México era como un refugio, como un santuario a donde escapaban los periodistas agredidos y encontraban más protección. Hoy no hay lugar seguro para ejercer el periodismo, sobre todo lo que tiene que ver con las ediciones digitales", dijo la investigadora social.

La Ibero realizó una encuesta con 500 periodistas de todo el país, de la que se deriva un mapa de riesgo que concluye que ninguna entidad del país está libre de agresiones a periodistas.

Una de las más frecuentes, sobre todo en la CDMX, fue el discurso de odio, violencia verbal.

"Recabamos 18 diferentes tipos de agresiones físicas y otras más sutiles como las agresiones verbales, el discurso de odio, el riesgo deliberado en que colocan a los reporteros y que afectan la labor periodística en el país".

El anonimato que proveen las redes sociales facilitan la dispersión de discursos de odio y noticias falsas, advierten especialistas. / Foto: Daniel Camacho

Sin embargo, las agresiones contra periodistas no se limitan a la violencia física: van desde el secuestro, el discurso de odio, la descalificación pública de su trabajo, el cuestionamiento de su integridad, la vigilancia y el hackeo.

Todo esto sumado a los más de 160 periodistas asesinados en el país desde el año 2000 según la organización Artículo 19.

Impunidad: la tormenta perfecta para agresiones a periodistas

La especialista señala una mezcla en el país que afecta al gremio en tres flacos: la violencia en el país, la impunidad y la desconfianza hacia las autoridades.

"Se da una mezcla muy negativa, casi la receta para una tormenta perfecta que afecta al gremio en tres flancos: la prevalencia de violencia en todo el país. La violencia criminal es por supuesto el elemento que agrava toda la situación. El segundo, es la impunidad. Hay 99 por ciento de impunidad en lo que respecta a crímenes contra periodistas. Y tercero, es la altísima desconfianza hacia las autoridades gubernamentales", destacó.

En la misma Encuesta, abundó, encontraron que solo el 15 por ciento de los periodistas agredidos se acercó a algún tipo de oficina gubernamental para recibir apoyo.

"Ante esto, se activan redes informales de apoyo: familias, amigos, colegas del gremio. Y esto es muy grave", advirtió.

Apenas el 15 por ciento de los periodistas que sufrieron alguna agresión lo denunciaron a algún tipo de autoridad gubernamental, advirtió la especialista de Ibero. / Romina Solís

En la presente administración se documentó un mayor número de periodistas rechazados por el Mecanismo de Protección. En el 2020 solo hubo uno rechazado y en 2023 fueron 50.

Entonces no solamente son rechazados sino que no se acercan por desconfianza. Y los que sí lo hacen los rechazan. Ya sea por falta de presupuesto, por falta de capacidad o porque consideran que el caso no es necesario de atenderse.

evidencia como el caso de la periodista Lourdes Maldonado, asesinada de un balazo en la mejilla el 23 de enero de 2022 en Tijuana. Ella públicamente denunció que temía por su vida y no fue acogida por el Mecanismo y fue asesinada.

Advierten incapacidad institucional

¿Con el resultado de la encuesta y el reconocimiento del mapa de riesgo, en dónde se acentúan más las agresiones a periodistas?

-Depende del tipo de agresiones. En Veracruz tienen más presencia las agresiones físicas, los asesinatos, igual que en Oaxaca y Guerrero.

En la CDMX es la entidad en la que más agresiones verbales se documentan. Otros estados peligrosos son también Tamaulipas y Quintana Roo.

¿La violencia se exacerba en las redes sociales?

-Así es. El anonimato que permiten las redes sociales detona una lógica muy negativa que de manera muy poco costosa se difunde información falsa, calumnias, ofensas, insultos.

Y en el caso de las mujeres se conoció a través de la Encuesta, quienes reciben agresiones mucho más dramáticas, sobre todo porque se cruzan violaciones que atraviesan por el cuerpo, por la sexualidad. Hay un tono distinto cuando se agrede a las mujeres periodistas.

Y esto también actúa como una caja de resonancia, porque saben que los mensajes por redes sociales fácilmente se difunden y alcanzan miles de usuarios en muy poco tiempo.

Este es un tipo de agresión que sufre todo el gremio y que se siente de alguna manera intimidado.

¿Y no se puede hacer nada?

-La parte de controlar redes es muy complicado, pero en la Ibero realizamos un documento con algunas sugerencias para mejorar el Mecanismo de Protección a la Prensa que es el órgano gubernamental con el que contamos y que debería de estar paliando este problema.

¿Cuáles son las propuestas?

-De entrada, fortalecer el Mecanismo de Evaluación. No tenemos muchos datos de los periodistas rechazados que estaban acogidos al Mecanismo y aún acogidos fueron agredidos. Y no sabemos cuáles fueron las fallas.

Y es que al final, el Mecanismo que se ejerza desde lo federal deja de lado las particularidades regionales al no poder tener referencias. No es lo mismo la frontera norte que los estados del Bajío, que los estados de la frontera sur.

Desde mi perspectiva es un poco ingenuo desplegar las mismas estrategias con distintas características.

Otra propuesta, fue mejorar la coordinación entre niveles de gobierno. El Mecanismo federal al quererlo usar debe de tener coordinación entre la CDMX y Veracruz. Cada Mecanismo funciona un poco por su cuenta. Y no sabemos si hay estrategias transversales.

Es muy importante considerar que un periodista trabaja muchas veces para varios estados. Entonces, a cuál de los Mecanismos se acoge, de cuál va a recibir realmente protección. Hay una fragmentación muy grave en cuanto a protección.

Otra sugerencia que hicimos para salvar el tema de la desconfianza, es sensibilizar a las personas que trabajan en el Mecanismo. No necesariamente hay un conocimiento profundo del tema de la problemática tan complicada.

También hay que decir que todo el clima político donde la politización y la denostación de la labor periodística afecta el funcionamiento de los Mecanismos y cuando el órgano gubernamental ve que se deslegitima la labor de la prensa.

Es un tema en donde hay que empezar a capacitar a todos los funcionarios de la administración pública para volver a colocar el valor del periodismo como un sostén de la democracia. Hay un total desconocimiento.

El Estado, rebasado

¿Y también se suma el crimen organizado?

-Por supuesto. Es uno de los problemas más importantes porque diría que el Estado está rebasado en combatir a la criminalidad y, por supuesto, no separar todo el riesgo que enfrentan los periodistas en torno a la criminalidad que permea en todo el país.

Diría que son dos problemas separados. Mientras no se resuelva el problema del crimen organizado se debe proporcionar a los periodistas un entorno más seguro. Tendrían que trabajar como si fueran corresponsales de guerra en su propio país.

Los protocolos no son suficientes, ni chalecos antibalas ni botones de pánico para enfrentar la violencia que se vive en todo el país. Son totalmente insuficientes.

¿Es el caso de los compañeros que cubren las fuentes policíacas y de seguridad pública y también los defensores de los bosques, de las selvas que se enfrentan a los talamontes?

-Es la cuestión de que el Mecanismo de Protección a Periodistas no únicamente los cubre a ellos sino que está sobrecargado, porque son dos problemas en que en sí mismos son sumamente complejos.

Y otra vez no se pueden abordar de la misma manera en el otorgamiento de protección a personas defensoras y a periodistas. Esto es una falla del diseño del Mecanismo en el que se pierde la oportunidad de especializar los instrumentos y las estrategias para atacar uno y otro problema.

Quienes reciben mayor número de agresiones físicas y asesinatos son aquellos periodistas que cubren temas de justicia y de política. Son temas que tienen que ver con el territorio donde hacen coberturas.

Tengo conocimiento e intercambio con varios de los colegas que pertenecen a OEM. En el caso de Morelia todos los cambios que han tenido que hacer para la cobertura periodística, la decisión de generar ya no publicaciones diarias sino semanales.

Es todo una alteración de las pautas de producción noticiosas que solamente denotan cómo se lanza la mirada. Y es lo que queremos mapear en la Encuesta.

Las plataformas digitales contribuyen a que haya una normalización de las amenazas y violencia online contra periodistas.

En este sexenio hay constante ataque a la prensa por parte del Poder Ejecutivo que erosiona la libertad de expresión y fomenta que este tipo de ataques se reproduzcan en distintos niveles políticos del país, dijo la doctora Grisel Salazar Robledo.

En el mapa de riesgos de las agresiones a periodistas, en Veracruz tienen más presencia las agresiones físicas, los asesinatos, al igual que Oaxaca y Guerrero. Otros estados peligrosos para la labor periodística son Tamaulipas y Quintana Roo, y la Ciudad de México es la entidad en la que más agresiones verbales se documentan.

"Prácticamente en todos los Estados de la República hay violencia. En estos momentos no hay zona del país que sea segura para los periodistas", dice a El Sol de México la doctora Grisel Salazar Rebolledo, investigadora del Departamento de Ciencias Sociales y Políticas de la Universidad Iberoamericana CDMX.

"Antes, la Ciudad de México era como un refugio, como un santuario a donde escapaban los periodistas agredidos y encontraban más protección. Hoy no hay lugar seguro para ejercer el periodismo, sobre todo lo que tiene que ver con las ediciones digitales", dijo la investigadora social.

La Ibero realizó una encuesta con 500 periodistas de todo el país, de la que se deriva un mapa de riesgo que concluye que ninguna entidad del país está libre de agresiones a periodistas.

Una de las más frecuentes, sobre todo en la CDMX, fue el discurso de odio, violencia verbal.

"Recabamos 18 diferentes tipos de agresiones físicas y otras más sutiles como las agresiones verbales, el discurso de odio, el riesgo deliberado en que colocan a los reporteros y que afectan la labor periodística en el país".

El anonimato que proveen las redes sociales facilitan la dispersión de discursos de odio y noticias falsas, advierten especialistas. / Foto: Daniel Camacho

Sin embargo, las agresiones contra periodistas no se limitan a la violencia física: van desde el secuestro, el discurso de odio, la descalificación pública de su trabajo, el cuestionamiento de su integridad, la vigilancia y el hackeo.

Todo esto sumado a los más de 160 periodistas asesinados en el país desde el año 2000 según la organización Artículo 19.

Impunidad: la tormenta perfecta para agresiones a periodistas

La especialista señala una mezcla en el país que afecta al gremio en tres flacos: la violencia en el país, la impunidad y la desconfianza hacia las autoridades.

"Se da una mezcla muy negativa, casi la receta para una tormenta perfecta que afecta al gremio en tres flancos: la prevalencia de violencia en todo el país. La violencia criminal es por supuesto el elemento que agrava toda la situación. El segundo, es la impunidad. Hay 99 por ciento de impunidad en lo que respecta a crímenes contra periodistas. Y tercero, es la altísima desconfianza hacia las autoridades gubernamentales", destacó.

En la misma Encuesta, abundó, encontraron que solo el 15 por ciento de los periodistas agredidos se acercó a algún tipo de oficina gubernamental para recibir apoyo.

"Ante esto, se activan redes informales de apoyo: familias, amigos, colegas del gremio. Y esto es muy grave", advirtió.

Apenas el 15 por ciento de los periodistas que sufrieron alguna agresión lo denunciaron a algún tipo de autoridad gubernamental, advirtió la especialista de Ibero. / Romina Solís

En la presente administración se documentó un mayor número de periodistas rechazados por el Mecanismo de Protección. En el 2020 solo hubo uno rechazado y en 2023 fueron 50.

Entonces no solamente son rechazados sino que no se acercan por desconfianza. Y los que sí lo hacen los rechazan. Ya sea por falta de presupuesto, por falta de capacidad o porque consideran que el caso no es necesario de atenderse.

evidencia como el caso de la periodista Lourdes Maldonado, asesinada de un balazo en la mejilla el 23 de enero de 2022 en Tijuana. Ella públicamente denunció que temía por su vida y no fue acogida por el Mecanismo y fue asesinada.

Advierten incapacidad institucional

¿Con el resultado de la encuesta y el reconocimiento del mapa de riesgo, en dónde se acentúan más las agresiones a periodistas?

-Depende del tipo de agresiones. En Veracruz tienen más presencia las agresiones físicas, los asesinatos, igual que en Oaxaca y Guerrero.

En la CDMX es la entidad en la que más agresiones verbales se documentan. Otros estados peligrosos son también Tamaulipas y Quintana Roo.

¿La violencia se exacerba en las redes sociales?

-Así es. El anonimato que permiten las redes sociales detona una lógica muy negativa que de manera muy poco costosa se difunde información falsa, calumnias, ofensas, insultos.

Y en el caso de las mujeres se conoció a través de la Encuesta, quienes reciben agresiones mucho más dramáticas, sobre todo porque se cruzan violaciones que atraviesan por el cuerpo, por la sexualidad. Hay un tono distinto cuando se agrede a las mujeres periodistas.

Y esto también actúa como una caja de resonancia, porque saben que los mensajes por redes sociales fácilmente se difunden y alcanzan miles de usuarios en muy poco tiempo.

Este es un tipo de agresión que sufre todo el gremio y que se siente de alguna manera intimidado.

¿Y no se puede hacer nada?

-La parte de controlar redes es muy complicado, pero en la Ibero realizamos un documento con algunas sugerencias para mejorar el Mecanismo de Protección a la Prensa que es el órgano gubernamental con el que contamos y que debería de estar paliando este problema.

¿Cuáles son las propuestas?

-De entrada, fortalecer el Mecanismo de Evaluación. No tenemos muchos datos de los periodistas rechazados que estaban acogidos al Mecanismo y aún acogidos fueron agredidos. Y no sabemos cuáles fueron las fallas.

Y es que al final, el Mecanismo que se ejerza desde lo federal deja de lado las particularidades regionales al no poder tener referencias. No es lo mismo la frontera norte que los estados del Bajío, que los estados de la frontera sur.

Desde mi perspectiva es un poco ingenuo desplegar las mismas estrategias con distintas características.

Otra propuesta, fue mejorar la coordinación entre niveles de gobierno. El Mecanismo federal al quererlo usar debe de tener coordinación entre la CDMX y Veracruz. Cada Mecanismo funciona un poco por su cuenta. Y no sabemos si hay estrategias transversales.

Es muy importante considerar que un periodista trabaja muchas veces para varios estados. Entonces, a cuál de los Mecanismos se acoge, de cuál va a recibir realmente protección. Hay una fragmentación muy grave en cuanto a protección.

Otra sugerencia que hicimos para salvar el tema de la desconfianza, es sensibilizar a las personas que trabajan en el Mecanismo. No necesariamente hay un conocimiento profundo del tema de la problemática tan complicada.

También hay que decir que todo el clima político donde la politización y la denostación de la labor periodística afecta el funcionamiento de los Mecanismos y cuando el órgano gubernamental ve que se deslegitima la labor de la prensa.

Es un tema en donde hay que empezar a capacitar a todos los funcionarios de la administración pública para volver a colocar el valor del periodismo como un sostén de la democracia. Hay un total desconocimiento.

El Estado, rebasado

¿Y también se suma el crimen organizado?

-Por supuesto. Es uno de los problemas más importantes porque diría que el Estado está rebasado en combatir a la criminalidad y, por supuesto, no separar todo el riesgo que enfrentan los periodistas en torno a la criminalidad que permea en todo el país.

Diría que son dos problemas separados. Mientras no se resuelva el problema del crimen organizado se debe proporcionar a los periodistas un entorno más seguro. Tendrían que trabajar como si fueran corresponsales de guerra en su propio país.

Los protocolos no son suficientes, ni chalecos antibalas ni botones de pánico para enfrentar la violencia que se vive en todo el país. Son totalmente insuficientes.

¿Es el caso de los compañeros que cubren las fuentes policíacas y de seguridad pública y también los defensores de los bosques, de las selvas que se enfrentan a los talamontes?

-Es la cuestión de que el Mecanismo de Protección a Periodistas no únicamente los cubre a ellos sino que está sobrecargado, porque son dos problemas en que en sí mismos son sumamente complejos.

Y otra vez no se pueden abordar de la misma manera en el otorgamiento de protección a personas defensoras y a periodistas. Esto es una falla del diseño del Mecanismo en el que se pierde la oportunidad de especializar los instrumentos y las estrategias para atacar uno y otro problema.

Quienes reciben mayor número de agresiones físicas y asesinatos son aquellos periodistas que cubren temas de justicia y de política. Son temas que tienen que ver con el territorio donde hacen coberturas.

Tengo conocimiento e intercambio con varios de los colegas que pertenecen a OEM. En el caso de Morelia todos los cambios que han tenido que hacer para la cobertura periodística, la decisión de generar ya no publicaciones diarias sino semanales.

Es todo una alteración de las pautas de producción noticiosas que solamente denotan cómo se lanza la mirada. Y es lo que queremos mapear en la Encuesta.

Las plataformas digitales contribuyen a que haya una normalización de las amenazas y violencia online contra periodistas.

En este sexenio hay constante ataque a la prensa por parte del Poder Ejecutivo que erosiona la libertad de expresión y fomenta que este tipo de ataques se reproduzcan en distintos niveles políticos del país, dijo la doctora Grisel Salazar Robledo.

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