GUADALAJARA. Los wixáricas de la comunidad de San Sebastián, en Jalisco, que hace un mes salieron y recorrieron casi mil kilómetros, mantienen un plantón en Zócalo de la Ciudad de México en espera de que los atienda el presidente Andrés Manuel López Obrador para pedirle que les devuelvan las 11 mil hectáreas que, acusan, les fue arrebatada y que poseen ganaderos nayaritas.
Ayer, los wixáricas pasaron su segunda noche en la Ciudad de México donde instalaron casas de campaña y ahí seguirán hasta que sean atendidos por el Ejecutivo federal, informó Ubaldo Valdez, quien comentó que están dispuestos a convocar a sus familias e incluso a otros grupos a que se les unan porque han enviado varios escritos y siguen sin respuesta.
Los comuneros salieron el pasado 24 de abril de San Sebastián hacia la Ciudad de México para exigir que se cumplan las 10 sentencias en etapa de ejecución que tienen a su favor de los 15 procesos que han emprendido ante autoridades agrarias a fin de recuperar 11 mil hectáreas de sus tierras sagradas y que están en poder desde hace más de 40 años, de campesinos de Nayarit quienes están armados y los mantienen amagados.
“Somos gente de paz, somos tranquilos, pero ya estamos hartos y por eso decidimos acudir al Presidente, por lo que empezamos la marcha hombres y mujeres representantes del ejido. Caminamos durante un mes, casi mil kilómetros, hasta llegar a este punto”, resaltó el representante de los wixáricas.
La caravana wixárica llegó el pasado jueves a la Ciudad de México y pernoctaron en la Basílica de Guadalupe donde realizaron una ceremonia para pedir que les ayuden en su cometido.
El viernes se dirigieron a Palacio Nacional donde, a pesar de que tocaron la puerta, nunca respondieron, comentó Ubaldo Valdez, quien fue el encargado de llamar a la puerta.
Los indígenas no tienen confirmada una cita con el Presidente por lo que las autoridades wixáricas han decidieron quedarse a dormir en el lugar con la ayuda de muchas personas que les llevan agua y alimentos.
Los wixáricas se instalaron en el Zócalo capitalino con pequeñas casas de campaña donadas y propias.
“No nos iremos de aquí si no es con el compromiso del Presidente y por escrito; y perdón, el diálogo sólo lo permitiremos con el presidente López Obrador; ya le dejamos el recado con personas que salieron a atendernos, porque la verdad los secretarios o enviados estamos hartos de mediadores y pararrayos, con todo respeto, que no saben resolver los asunto agrarios de este país”, finalizó Ubaldo Valdez.
La disputa por esas tierras ubicadas entre Jalisco y Nayarit lleva más de 40 años, tiempo en el que se han registrado enfrentamientos armados, demandas en juzgados, denuncias en medios de comunicación y personas privadas de su libertad en algunas diligencias.
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Los indígenas han visto ir y venir a gobiernos sin que se cumpla la ejecutoria de las sentencias a su favor.
En la marcha, la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Jalisco acompañó a los integrantes de la comunidad de San Sebastián Teponahuaxtlán, a los que ya se sumaron los habitantes de Tuxpan de Bolaños y tienen los mismos problemas.