PARIS, Francia – Parece una pesadilla llegada de la Edad Mediao un relato de ciencia ficción. Pero esa es la atroz realidad quevive París en la actualidad: la Ciudad Luz está asediada por lasratas.
Los roedores —algunos de los cuales tienen las dimensiones degato— circulan por el metro, corren por los andenes y banquetas,se pasean por los parques, invaden los sótanos de viviendas,restaurantes, edificios gubernamentales y hasta los grandes centrosculturales como el museo del Louvre.
En previsión de los riesgos sanitarios que plantea esaalarmante proliferación de roedores, la alcaldía decidióclausurar ayer los jardines del Louvre y el célebre Campo deMarte, que se extiende a los pies de la Torre Eiffel. Tambiéncerró parques y plazas públicas, y lanzó un plan de emergenciade “gran amplitud” para erradicar a las ratas.
“No hay ningún riesgo de enfermedad o de peste, como en elpasado. Pero existe una amenaza sanitaria real y una contrariedadpsicológica y visual,”, se apresuró a aclarar el doctor GeorgesSalines, jefe de los servicios de salud y medio ambiente de laalcaldía.
“Como están bien alimentadas, no son agresivas ni peligrosas,pero son vectores de enfermedades transmisibles”, segúnSalines.
El funcionario estimó que este caso ilustra uno de los dramasque enfrentan las grandes metrópolis en todo el mundo.
Una frase comúnmente repetida por los franceses asegura que enParís existen dos ratas por cada uno de los 2,8 millones dehabitantes, pero esa proporción aumentó en forma notable en losúltimos dos años. Ahora se calcula que en la capital hay, por lomenos, 10 millones de roedores, según Frédéric Devanlay, de laempresa Avipur, especialista en desratización. Otros expertos, sinembargo, afirman que la población de ratas en muy superior a esacifra.
Los principales acusados de esa proliferación son loshabitantes de la ciudad y los 32,5 millones de turistas que visitanParís cada año. La mayoría de la gente, que suele arrojar restosde alimentos en los basureros callejeros, con gran frecuencia dejacaer una parte de esos residuos en el suelo. También se produceuna gran dispersión de comestibles durante las diferentes etapasdel proceso de recolección de basura en las zonas de grandesedificios. Otro factor importante es el público, que arroja migasy trozos de pan a los pájaros y palomas. La mayor parte de esacomida termina —en la práctica— nutriendo a los roedores.
“Será muy difícil erradicar por completo a las ratas que,desde tiempos inmemoriales viven en las cloacas de la ciudad”,reconoce Pierre Falgayrac, experto en lucha contra los animalesurbanos dañinos. “Todo lo que se puede lograr con esta campañaes eliminar la población que vive en la superficie,particularmente en parques y jardines públicos, donde encuentraalimentos y zonas propicias para cavar sus madrigueras”,afirma.
Esa lucha presenta un carácter urgente porque se trata deanimales que tienen una capacidad de reproducción vertiginoso:gracias a un ciclo de gestación de 21 a 24 días, cada hembrapuede llegar a tener de 12 a 20 crías por vez a un ritmo de 12partos por año. Los especialistas calculan que, debido a ese ritmode reproducción exponencial, una pareja tiene una descendenciapromedio de 938 ratas en un año y de 46.410 en 24 meses.
Un grave problema reside en que, debido a una veloz mutación degenes ocurrida en los últimos años, son cada vez más resistentesal veneno. Incluso hay roedores que se alimentan de tóxicos.
Para combatir eficazmente la actual proliferación, la alcaldíalanzó un plan masivo de desratización con señuelosanti-coagulantes a base de sustancias como brodifacum, que provocahemorragias internas. “Ese producto, dos veces más tóxico quelos habituales, es el método más eficaz y no presenta ningúnriesgo para otros animales”, asegura André Ramblin, de laempresa de desratización Arouze.
La determinación de la alcaldía obedece a otra razón:después de los atentados y de la serie de asaltos y agresionesespectaculares que pusieron en evidencia la inseguridad que existeen París, esta invasión de ratas puede afectar la imagen de laCiudad Luz y asestar otro duro golpe al turismo internacional.