PARÍS, Francia. (OEM-Informex).- La justicia francesa envióayer un claro mensaje a la sociedad sobre su voluntad de castigarseveramente a los ministros que “defraudan la confianza quetienen los ciudadanos en las instituciones del Estado”. En unasentencia de gravedad excepcional, condenó a tres años deprisión por fraude fiscal al exministro de Presupuesto, JérômeCahuzac, que durante dos décadas tuvo cuentas ocultas en elextranjero.
El exministro, que solía presentarse como “apóstol de lalucha contra la evasión impositiva”, presentó una apelación y,por lo tanto, su sentencia quedó en suspenso hasta que se conozcael nuevo veredicto. Su pena también le impedirá ejercer cargospúblicos durante cinco años.
La sentencia demuestra que el tribunal decidió castigar conparticular severidad una “falta penal de excepcional gravedad”cometida por el hombre que "encarnaba la política fiscal deFrancia".
En las afueras del tribunal, varios centenares de personasesperaron la salida de Cahuzac para silbarlo y acusarlo de“contribuir a minar la confianza en las instituciones” y“favorecer de esa manera el avance de los movimientospopulistas”, como el Frente Nacional (FN) de extrema derecha, quedirige Marine Le Pen.
Visto desde América Latina y de algunos países europeosrelativamente flexibles en materia de ética gubernamental, lasentencia del tribunal puede parecer insólita porque Cahuzac norecibió sobornos. Todo el dinero que depositó en Suiza proveníade ingresos profesionales como médico y consultor de laboratoriosfarmacéuticos. Su delito consistió en eludir el pago de impuestosy tener cuentas no declaradas en el extranjero, en las cualeshabía atesorado 3.5 millones de euros. Pero lo que escandalizó alpaís fue una infracción de otra índole.
Aunque el dictamen de 200 páginas no lo mencionaespecíficamente, la pena sanciona sobre todo el comportamientomoral del ex ministro, ahora de 64 años, que vive aislado en lacasa de su familia en Córcega, “como un exiliado en su propiopaís” porque “no soporta la mirada inquisidora de lasociedad”, según confesó.
Cuando estalló el escándalo, en 2012, Cahuzac negó ante laprensa todas las acusaciones, luego le juró al presidenteFrançois Hollande que no poseía cuentas bancarias en elextranjero y finalmente le mintió al Parlamento. Ese gesto enFrancia no es un delito, pero está considerado como una “faltapolítica grave” porque es un engaño a la “representaciónnacional” y, por lo tanto, a toda la sociedad.
El abogado del Estado, Xavier Normand-Bodard, elogió "undictamen que marca una evolución en la represión del fraudefiscal".
“Es una sanción ejemplar y justificada” y un “mensajefuerte a quienes piensan erróneamente que la clase política estállena de mentirosos y corruptos que escapan a la justicia”,comentó por su parte el diputado centrista Charles de Courson, quepresidió la comisión parlamentaria de investigación sobre elcaso Cahuzac.
También fueron sentenciados su esposa Patricia a dos años decárcel. François Reyl, principal responsable del banco Reyl deGinebra, que deberá pagar una multa de 1,8 millones de euros porlavado de dinero, mientras que el abogado Philippe Houman -queorganizó el montaje de fraude- fue condenado a un año deprisión en suspenso y 375 mil euros de multa.