BRASILIA, Brasil.- La presidenta suspendida de Brasil DilmaRousseff dijo que está a favor de que haya nuevas elecciones paraayudar a la nación más grande de Latinoamérica a salir de sucrisis política, si es que primero ella regresa a su cargo.
En una entrevista con agencias noticiosas extranjeras, Rousseffdijo que primero tendría que superar el próximo juicio políticoen el que los senadores decidirán si la destituyenpermanentemente.
Indicó que el país experimenta un "desgaste" político y quemuchos ciudadanos ya no creen en el proceso.
"Esto tiene que ser superado", afirmó desde la residenciapresidencial Alvorada, en la que se le ha permitido quedarsemientras esté suspendida. "Si es necesario que haya nuevaselecciones, yo estaría a favor".
Rousseff fue sometida a juicio político y suspendida por elSenado el mes pasado por acusaciones de que usó maniobras fiscalespara ocultar huecos en el presupuesto federal. La mandatariasuspendida ha refutado las acusaciones, y ha insistido en que todoel procedimiento fue un "fraude" y un "golpe de Estado" diseñadopor aliados convertidos en enemigos.
Ha argumentado que muchos legisladores realmente querían que sefuera de forma que pudieran suavizar una investigación colosal entorno a millones de dólares en sobornos en la paraestatalPetrobras. En los últimos dos años, varios políticos yempresarios de renombre han sido arrestados y encarcelados comoparte de la pesquisa.
Aunque Rousseff pagó un costo político por ello -gran parte delos sobornos fueron entregados mientras su Partido de losTrabajadores estaba en el poder-, en repetidas ocasiones se negó ahacer algo que pudiera alterar un proceso investigativo que segúnella Brasil necesitaba mucho.
En la entrevista de una hora, Rousseff aventuró la idea de unplebiscito sobre su mandato, aunque no proporcionó detalles decómo funcionaría.
"No tengo ningún problema en preguntar qué es lo que la gentequiere", afirmó Rousseff. "En cualquier caso, la única forma enque el mandato de un presidente debería ser interrumpido es através de un plebiscito".
El convocar a nuevas elecciones antes de 2018, el año en queconcluiría el período de Rousseff, sería difícil.
Para que ello pudiera ocurrir, tanto ella como el presidenteinterino Michel Temer, su vicepresidente antes de que fuerasuspendida, tendrían que renunciar o ser destituidos.
Los aliados de Temer han rechazado las crecientes exhortacionesde algunos legisladores para que haya nuevas elecciones. Aun así,una avalancha de escándalos que acosan al naciente gobierno deTemer han derivado en que varios senadores hayan dichopúblicamente que están reflexionando de nuevo sobre su voto.Algunos de los escándalos han incluido grabaciones deconversaciones de aliados de Temer en las que analizabanestrategias en torno a cómo quitarle fuerza a la investigaciónsobre Petrobras, lo que apoya la afirmación de Rousseff de queésa era la razón para retirarla del poder, no las presuntasmaniobras contables.
El mes pasado, el Senado votó 55-22 para suspender a lapresidenta, un sufragio más de los que se necesitarán durante eljuicio para que el retiro sea permanente.
Rousseff dice que pasa el tiempo conjeturando estrategias conactivistas y legisladores amigos en torno a cómo modificar lamentalidad de los senadores. La mandataria suspendida dijo tambiénque está trabajando en una carta de intenciones para ser publicadaen algún momento antes del juicio político, en la que ofreceríauna nueva plataforma de acción si es que regresa al puesto.
Indicó también que asistirá a los Juegos Olímpicos en Ríode Janeiro si es invitada. Aunque es muy improbable que Temer lainvite, las autoridades del Comité Olímpico sí podrían hacerlo,pero evidentemente sería embarazoso tener a dos presidentessimultáneamente en el evento.
"Si no soy invitada, estaré observando desde un árbol conbinoculares", bromeó.
Rousseff dijo que le preocupa que la inexperiencia de Temer enel puesto pudiera afectar los preparativos de la Olimpiada.
"Dejaron ir a muchos tecnócratas importantes", afirmó.Anteriormente el martes, Temer visitó el Parque Olímpico de Ríode Janeiro por primera vez desde que se convirtió en presidenteinterino.
Rousseff dijo que no se reunirá con los líderes extranjerosvisitantes antes de la ceremonia inaugural del 5 de agosto a fin deno "crear ningún momento embarazoso".
Cuando se le preguntó sobre el mayor error que ella cometiócon relación al proceso de juicio político en su contra, Rousseffdijo que "no debería haber efectuado las alianzas" que hizo, enreferencia a Temer y su círculo de allegados.
En el único momento en que su tono de voz cambió durante laentrevista, Rousseff dijo que ella está experimentando ahora "unaprofunda tristeza personal y una tristeza por Brasil" debido aljuicio político que enfrenta.
"Es difícil ser elegida con 54 millones de votos y sentirsetratada injustamente", señaló.