La Prensa El fenómeno migratorio que se observa a escalamundial muestra una paradoja. Mientras organismos internacionales,principalmente la Organización de las Naciones Unidas (ONU),fortalecen la atención desde diferentes ángulos, en diversospaíses se incrementan la xenofobia y el racismo y se consolidanpolíticas públicas reacias a los flujos humanos, advirtieronGenoveva Roldán Dávila y José Gasca Zamora, especialistas delInstituto de Investigaciones Económicas (IIEc) de la UNAM. En elmarco del Día Internacional del Migrante, que se conmemora el 18de diciembre, los universitarios aseguraron que en esta etapa de laglobalización se ha expresado un incremento notable de esos flujosen todos los niveles, mientras en algunos segmentos sociales crecela cerrazón para admitir en sus contextos a población externa.“Por un lado están las resoluciones de la ONU que protegen losderechos de los trabajadores migrantes y sus familias; también lasacciones históricas del Alto Comisionado de las Naciones Unidaspara los Refugiados (ACNUR) y la preocupación de otros organismospara considerar ciertas migraciones resultantes del cambioclimático”, puntualizaron. Así, la movilidad de los sereshumanos adquiere expresiones económicas, laborales, sociales,culturales e identitarias, aunque también políticas yclimatológicas. “Hay una conciencia mundial sobre la necesidadde atenderla. Sin embargo, no hay relación entre ésta y elrespeto a los derechos humanos de los migrantes en todas susmodalidades”. Nos encontramos en un mundo globalizado donde seaprecia la libre movilidad de mercancías y de capital, pero serechaza la de la fuerza de trabajo, añadió Roldán Dávila.“Que una persona se mueva de un país a otro sin la visacorrespondiente quizá significa una falta administrativa, pero esono la convierte en criminal. Emplear el concepto ‘ilegal’ escriminalizar el fenómeno”, advirtió. Con frecuencia se afirmaque las migraciones se deben a que la gente busca el sueñoamericano, pero resulta que llegan a países con contradiccionesprofundas de empleo, seguridad social, transporte y habitación.Ésa es la razón de que los discursos xenófobos y racistas tenganimpacto. Finalmente, Gasca señaló que “en medio de crisis yrecesiones que en los últimos años han experimentado nacionescomo Estados Unidos, Alemania y Francia, sus escenarios son demayor complejidad y tensión para los mercados laborales y aparecenexpresiones de xenofobia y racismo, o políticas de repatriaciónque en México se han experimentado en los últimos años”.
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