París,Francia.- Los servicios de inteligencia británicos están buscandoansiosamente desde el miércoles al exespía ChristopherSteele, autor del explosivo informe sobre latrama rusa de Donald Trump, para protegerlo de losservicios secretos del Kremlin que podrían estar buscándolo paraasesinarlo.
El exagente del servicio deinteligencia MI6, de 52 años, “teme por suseguridad”, después que su nombre fue imprudentementerevelado por The Wall Street Journal, comentó unexcolega.
Steele en todo casodesapareció el pasado miércoles de su casa deladrillos rojos de Runfold, en la campiña del condado de Surrey,al sudeste de Londres, donde vivía con su esposa y sushijos. Su último gesto conocido fuedejarle sus tres gatos a su vecino para que los cuidaran “porunos pocos días”.
No tepierdas:
Desde entonces, tampocoacudió a sus oficinas ubicadas en un elegante edificiosituado en el números 9 de Grosvenor Garden, en el centro de lacapital, a pocos metros del Palacio de Buckingham.
En ese edificio de estilo victoriano funcionaOrbis Business Intelligence, gabinete de inteligenciaeconómica especializado en la búsqueda de informaciónconfidencial para empresas.
Esa empresa fue creada en 2009 por Steel conChristopher Burrows, exfuncionario del Foreign Office, de58 años, y otros exmiembros de los servicios secretos británicos.Algunas consultoras de inteligencia económica suelen consagrar unaparte de sus actividades a tareas de espionaje político yempresarial que, a veces, bordean la ilegalidad.
Entre otros servicios, el sitiointernet de su empresa propone “organizar operaciones destinadasa reunir informaciones” y “realizar investigaciones complejas,incluso transnacionales”. También aseguran que son capaces depreparar “informes documentados en tiempo real sobreempresas y la política a todonivel”.
Su desaparición, probablementemomentánea, obedece al temor de que pueda ser objeto derepresalias rusas.
Steele, de 52 años, conoce perfectamente elmodus operandi del FSB, pues durante un largo periodo enlos años 1990 trabajó para el MI6 bajo cobertura diplomática enMoscú y luego en París.
El MI6 es el servicio de espionaje exterior de lacorona británica. Considerado como uno de los mejores expertos enRusia, incluso dirigió durante un tiempo el departamento Rusia delMI6 hasta 2009, fecha en que decidió abandonar el servicio activopara trabajar en la esfera privada.
Como un espía nunca termina dealejarse del MI6 —según afirma el escritor John le Carré—, noes improbable que Steele haya buscado la protección de susantiguos colegas.
Algunos especialistas afirman, atítulo de conjetura, que podría estar alojadoprovisoriamente en el SIS Building, donde funciona elcuartel general del Secret Intelligence Service (MI6).
Ese gigantesco edificio, ubicado enel sudoeste de Londres enfrente del puente Vauxhall, es conocido enla jerga interna del espionaje británico con los nombre decódigo de Legoland o Babylon-on-Thames por suparecido con las pirámides escalonadas de la antiguaBabilonia.
El MI6, como muestran las películasy las novelas de espionaje, posee una cantidad de edificiosclandestinos donde operan algunos servicios ultra-confidenciales oque se utilizan como alojamientos secretos.
Steele, educado en Oxford, erafamoso dentro del MI6 por su extrema discreción. En una ocasión,cuando un periodista intentó entrevistarlo, lepreguntó:
- ¿Qué se sabe usted de mí o demis actividades?
- Nada, le respondió elreportero.
- Es así como tiene que ser,comentó el exespía para dar por terminado el diálogo.
Habituado a trabajar en la penumbray en el universo de espejos deformantes del espionaje, durante susaños de actividad era conocido como un “profesional altamentecalificado” y “competente”.
Steele y su empresa consolidaron sucredibilidad cuando reunieron una importante documentación sobrela corrupción que reinaba en la cúspide de laFIFA en la época en que el presidente era Blatter. Orbisfue contratada por la CIA para verificar las informacionesobtenidas en la investigación del FBI.
Por esa razón sus colegas que leyeron el informe de35 páginas publicado por el portal norteamericanoBuzzFeed están dispuestos a “poner las manos en elfuego” sobre la seriedad de las informaciones reunidas duranteuna investigación que duró más de seis meses y que juzgan“absolutamente verosímiles”.
“Es un operadorprofesional muy competente”, comentó por su parte SirAndrew Wood, que fue embajador británico en Moscú entre 1995 y2000. Considerado como uno de los diplomáticos más prestigiososdel Foreign Office, Wood confesó ayer ante los micrófonos de BBCRadio 4 que “tomaba seriamente (el contenido) del informe”.“El documento no es para nada inverosímil”,insistió.
Steele comenzó a investigar latrama rusa de Trump a principios del año pasado, inicialmentecontratado por Jeb Bush, que deseaba reunirinformaciones para utilizarlas en las primarias del PartidoRepublicano.
Posteriormente, Orbis recibió unmandato de la empresa estadunidense Fusion GPS, con sede enWashington, que había sido contratada por altos dirigentesdemócratas.
Analistas británicos especializados en temas deinteligencia aseguran que Steele poseía materialessensibles -probablemente videos- que había obtenido através de sus viejos contactos en la central de espionajeelectrónico GCHQ (Government Communications Headquarters = CuartelGeneral de Comunicaciones del Gobierno), equivalente de la AgenciaNacional de Seguridad (NSA) estadunidense.
Sus colegas creen que durante suinvestigación pudo ser ayudado por el equipo del MI6 enMoscú y viejas amistades del FSB, a las cuales lescompró información. Una parte de esa documentación fue alparecer transmitida a título amistoso a los servicios deinteligencia británicos e incluso al FBI.
La primera ministra británicaTheresa May afirmó ayer que Steele “hace años que no trabajapara el Gobierno británico” y aseguró que el servicio deinteligencia MI6 no tenía ninguna responsabilidad en lainvestigación de Steele sobre la trama rusa de DonaldTrump.
El enemigo número unode Moscú
Si quiere conservar la supuestainfluencia que logró sobre Donald Trump, el líder rusoVladimir Putin debe estar considerando al exespíabritánico Christopher Steele como su “enemigo númerouno”.
Como exoficial de los servicios deespionaje soviéticos (KGB), Putin conoce como nadie laregla más importante de las operaciones de inteligencia:una operación especial debe permanecer en secreto. En ese sentido,el eco que tuvo el documento preparado por Steele sobre la tramarusa de Trump no puede ser considerado como un éxito.
El exespía del MI6 pudo pensar quepor esa razón su vida podía correrpeligro. Como agente en Moscú y luego comoresponsable del departamento Rusia del servicio de inteligenciabritánico MI6, Steele sabe que el FSB (que reemplazó al KGB)posee una temible red de espionaje en la capital británica.
La prueba de la audacia que puedentener sus actividades en Londres son los asesinatos del exespíaAlexandre Litvinenko —envenenado con polonio en 2006—, y de losempresarios Alexandre Perepelitchny y Boris Berezovsky, que fueronhallados muertos en sus respectivos domicilios.
El MI5 (contra-espionaje que soloopera dentro del territorio británico) también le atribuye al FSBel atentado contra el banquero Guerman Gorbountsov, herido de seisbalazos en marzo de 2012.
Debido a la publicidad que tuvo eldossier sobre los vínculos de Trump con Putin, ese caso tambiénse convirtió ahora en un problema de política internarusa.
“Las autoridades del Kremlin debenestar preguntándose: ¿De dónde diablos sacó [Steele] esainformación?, comentó un alto funcionario del ISIBuilding.
Cuando esa pregunta encuentrerespuesta, no es difícil pensar que varias cabezas del aparato deinteligencia ruso comenzarán a rodar por las calles empedradas delKremlin.