/ martes 27 de septiembre de 2016

Hollande prometió desmantelar la “jungla” de migrantes de Calais

  • Antes de fin de año

PARÍS, Francia. (OEM-Informex).– Los nueve mil refugiados queviven en condiciones miserables en la llamada “jungla deCalais” se convertirán en un tema explosivo de la campaña parala elección presidencial de 2017 en Francia.

El presidente François Hollande visitó ayer ese campamentoubicado junto a la ciudad de Calais y prometió que ese campo demigrantes será “rápida, definitiva y enteramentedesmantelado” y se comprometió a hacerlo “antes de fin deaño”, pero eludió dar detalles al respecto.

El 2 de septiembre, el ministro del Interior, Bernard Cazeneuve,había formulado un anuncio casi idéntico.

Con el pretexto de asistir al lanzamiento de los trabajos deampliación del puerto de esa ciudad, esta primera visita deHollande a ese campamento desde su llegada al poder en 2012, tomóun cariz electoralista, pues se realizó cinco días después delrecorrido del expresidente Nicolas Sarkozy y un mes después delexprimer ministro Alain Juppé, otro precandidato de laderecha.

La Jungla, como se la conoce popularmente, comenzó aevolucionar en forma anárquica junto a la frontera marítima yferroviaria franco-británica a partir de 2005, cuando Sarkozy eraministro del Interior. En los cinco años de su presidencia no pudoerradicarla. El campo está ubicado en una posición estratégica apoca distancia de la línea férrea por la que circulan los trenesde alta velocidad entre París y Londres, así como la autopistaque usan los camiones que transportan mercancías entre ambospaíses.

La mayoría de los habitantes de ese asentamiento son migrantesque pretenden ingresar a Gran Bretaña y muy pocos de ellosmanifiestan el deseo de solicitar el asilo en Francia, como lesproponen las autoridades de este país.

Para los clandestinos, el interés de instalarse en “lajungla” reside en que están a un paso de la frontera británicaque, en vez de estar ubicada en Dover —del otro lado de LaMancha—, fue desplazada en forma “virtual” a Calais, enterritorio francés. El tratado respectivo fue firmado en 2003 porNicolas Sarkozy, cuando era ministro del Interior.

Londres paga a París una fuerte contribución para que asuma elpapel de policía limítrofe y asegure la inviolabilidad de lafrontera, reforzada con los 100 millones de euros financiados porlos británicos para construir barreras y cámaras de vigilancia.Incluso se anunció la construcción de un muro, pero esa idea fue“momentáneamente abandonada” por la alcaldesa de la ciudad,Natacha Bouchart. Hollande anunció que pedirá al Gobiernobritánico que “asuma su parte de responsabilidad en el esfuerzohumanitario”, destinado a desalojar “la jungla” y dispersar alos migrantes en los 164 centros de acogida y orientación (CAO)que existen en el país.

Aunque las vías férreas y la autopista están rodeadas porbarreras y altas alambradas, todas las noches centenares demigrantes intentan trepar a los camiones o penetrar al túnel bajoel Canal de la Mancha que —con un poco de suerte— puedeconducirlos a territorio británico.

La existencia de ese asentamiento de clandestinos, así como eltema general de migración, será sin duda un tema clave de lacampaña. Ese fenómeno se debe —en gran parte— a la escaladaverbal lanzada por Sarkozy para asegurarse el apoyo de loselectores de derecha que antes votaban por el partido LosRepublicanos (LR). Un segmento de ese electorado parece haber sidoseducido por la retórica xenófoba y racista de Marine Le Pen,líder del partido de extrema derecha Frente Nacional (FN).

  • Antes de fin de año

PARÍS, Francia. (OEM-Informex).– Los nueve mil refugiados queviven en condiciones miserables en la llamada “jungla deCalais” se convertirán en un tema explosivo de la campaña parala elección presidencial de 2017 en Francia.

El presidente François Hollande visitó ayer ese campamentoubicado junto a la ciudad de Calais y prometió que ese campo demigrantes será “rápida, definitiva y enteramentedesmantelado” y se comprometió a hacerlo “antes de fin deaño”, pero eludió dar detalles al respecto.

El 2 de septiembre, el ministro del Interior, Bernard Cazeneuve,había formulado un anuncio casi idéntico.

Con el pretexto de asistir al lanzamiento de los trabajos deampliación del puerto de esa ciudad, esta primera visita deHollande a ese campamento desde su llegada al poder en 2012, tomóun cariz electoralista, pues se realizó cinco días después delrecorrido del expresidente Nicolas Sarkozy y un mes después delexprimer ministro Alain Juppé, otro precandidato de laderecha.

La Jungla, como se la conoce popularmente, comenzó aevolucionar en forma anárquica junto a la frontera marítima yferroviaria franco-británica a partir de 2005, cuando Sarkozy eraministro del Interior. En los cinco años de su presidencia no pudoerradicarla. El campo está ubicado en una posición estratégica apoca distancia de la línea férrea por la que circulan los trenesde alta velocidad entre París y Londres, así como la autopistaque usan los camiones que transportan mercancías entre ambospaíses.

La mayoría de los habitantes de ese asentamiento son migrantesque pretenden ingresar a Gran Bretaña y muy pocos de ellosmanifiestan el deseo de solicitar el asilo en Francia, como lesproponen las autoridades de este país.

Para los clandestinos, el interés de instalarse en “lajungla” reside en que están a un paso de la frontera británicaque, en vez de estar ubicada en Dover —del otro lado de LaMancha—, fue desplazada en forma “virtual” a Calais, enterritorio francés. El tratado respectivo fue firmado en 2003 porNicolas Sarkozy, cuando era ministro del Interior.

Londres paga a París una fuerte contribución para que asuma elpapel de policía limítrofe y asegure la inviolabilidad de lafrontera, reforzada con los 100 millones de euros financiados porlos británicos para construir barreras y cámaras de vigilancia.Incluso se anunció la construcción de un muro, pero esa idea fue“momentáneamente abandonada” por la alcaldesa de la ciudad,Natacha Bouchart. Hollande anunció que pedirá al Gobiernobritánico que “asuma su parte de responsabilidad en el esfuerzohumanitario”, destinado a desalojar “la jungla” y dispersar alos migrantes en los 164 centros de acogida y orientación (CAO)que existen en el país.

Aunque las vías férreas y la autopista están rodeadas porbarreras y altas alambradas, todas las noches centenares demigrantes intentan trepar a los camiones o penetrar al túnel bajoel Canal de la Mancha que —con un poco de suerte— puedeconducirlos a territorio británico.

La existencia de ese asentamiento de clandestinos, así como eltema general de migración, será sin duda un tema clave de lacampaña. Ese fenómeno se debe —en gran parte— a la escaladaverbal lanzada por Sarkozy para asegurarse el apoyo de loselectores de derecha que antes votaban por el partido LosRepublicanos (LR). Un segmento de ese electorado parece haber sidoseducido por la retórica xenófoba y racista de Marine Le Pen,líder del partido de extrema derecha Frente Nacional (FN).

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