Palma de Mallorca, España.- El juicio que muchos españolesesperaban, el de Cristina de Borbón, hermana del rey, acusada enuno de los mayores escándalos de corrupción que indignan a lapoblación, comenzó este lunes en un tribunal de Palma deMallorca. En una sala presidida por el retrato de su hermano menor,Felipe VI, jefe de Estado desde la abdicación de su padre en juniode 2014, la infanta presenció junto a otros 17 acusados laapertura del "juicio del año", con la lectura de los cargos, a las09H20 (08H20 GMT) en Palma de Mallorca, capital de las islasBaleares. Había llegado una hora antes en un vehículo grisoscuro, vestida con pantalón, chaqueta negra y fular rojo,acompañada por su esposo, Iñaki Urdangarin, principal acusado enel caso. Ambos con semblante serio, entraron sin detenerse ante lasdecenas de periodistas de todo el mundo que les esperaban. "Este esun caso de corrupción más de los muchos que estamos viendo" enlos últimos años, decía a la AFP Francisco Solana, undesempleado de 45 años que manifestaba a las puertas del tribunalcon una bandera republicana anudada sobre los hombros. "En otrossitios de Europa, yo creo que la infanta Cristina ya estaría en lacárcel", afirmaba, ilustrando la indignación de millones deespañoles ante la multiplicación de escándalos de corrupciónmientras ellos sufrían las dramáticas consecuencias de la crisiseconómica. "Este juicio tiene morbo, más que ninguno", reconocíaJesús López, jubilado de 71 años, que logró acceder a una delas pocas plazas reservadas para el público. La segunda hija deJuan Carlos I está acusada de dos delitos fiscales en relacióncon la presunta malversación de 6 millones de euros de dineropúblico por Urdangarin y un exsocio de éste. La infanta siempreha defendido desconocer estos negocios y haber confiado ciegamenteen su marido, del que se negó a divorciarse pese a la presión deuna Casa Real determinada a limitar los daños en la ya maltrechaimagen de la monarquía. Llegada a España para el juicio desdeSuiza, donde vive desde 2013, Cristina, de 50 años, está"dispuesta a asumir su presencia con tranquilidad", habíaasegurado su abogado, Miquel Roca. - 'La Casa Real era informada' -Urdangarin, de 47 años, exmedallista olímpico de balonmano, y suexsocio Diego Torres están acusados de inflar contratos firmadosentre 2004 y 2006 por una entidad sin ánimo de lucro quedirigían, el Instituto Nóos, con los gobiernos regionales deBaleares y Valencia. Después, esos beneficios eran supuestamentedesviados a varias empresas pantallas encabezadas por Aizoon,propiedad de Cristina y su esposo. Urdangarin será juzgado porprevaricación, malversación, fraude, delito fiscal, tráfico deinfluencias, falsedad, estafa, falsificación y blanqueo. El fiscalpide para él 19,5 años de cárcel y 16,5 para Torres. Esteúltimo siempre ha defendido que Juan Carlos I estaba al corrientede los negocios de Nóos y durante la instrucción aportó cientosde correos electrónicos destinados a demostrarlo. "La Casa Realera informada, lo conocía, lo supervisaba y en ocasiones hastacolaboraba", volvió a afirmar el domingo por la noche en unaentrevista al canal privado de televisión La Sexta. El juezinstructor intentó demostrar que la infanta participaba de losnegocios de su marido, pero el fiscal se opuso, asegurando no verindicios de delito, y sólo le permitió procesarla por fraudefiscal. Un cargo que la fiscalía y la Hacienda pública nisiquiera secundaron: la infanta está únicamente denunciada poruna acusación popular, la asociación ultraderechista ManosLimpias. Ahí radica su esperanza de escapar al juicio. Rocapedirá que se le aplique la conocida como 'doctrina Botín' que en2007 evitó al poderoso banquero Emilio Botín -difunto presidentedel Santander-, ser juzgado en un escándalo financiero al serúnicamente denunciado por una acusación popular. "Sería otroescándalo mayúsculo, porque hablaríamos de una sentencia dictadaa la carta para que no se sentara en el banquillo el mayor y másimportante financiero de España y Europa, y ahora sería para queno se sentara en el banquillo un miembro de la familia real",defendió Miguel Bernad Remón, responsable de Manos Limpias.||AFP|| /RPE
Palma de Mallorca, España.- El juicio que muchos españolesesperaban, el de Cristina de Borbón, hermana del rey, acusada enuno de los mayores escándalos de corrupción que indignan a lapoblación, comenzó este lunes en un tribunal de Palma deMallorca. En una sala presidida por el retrato de su hermano menor,Felipe VI, jefe de Estado desde la abdicación de su padre en juniode 2014, la infanta presenció junto a otros 17 acusados laapertura del "juicio del año", con la lectura de los cargos, a las09H20 (08H20 GMT) en Palma de Mallorca, capital de las islasBaleares. Había llegado una hora antes en un vehículo grisoscuro, vestida con pantalón, chaqueta negra y fular rojo,acompañada por su esposo, Iñaki Urdangarin, principal acusado enel caso. Ambos con semblante serio, entraron sin detenerse ante lasdecenas de periodistas de todo el mundo que les esperaban. "Este esun caso de corrupción más de los muchos que estamos viendo" enlos últimos años, decía a la AFP Francisco Solana, undesempleado de 45 años que manifestaba a las puertas del tribunalcon una bandera republicana anudada sobre los hombros. "En otrossitios de Europa, yo creo que la infanta Cristina ya estaría en lacárcel", afirmaba, ilustrando la indignación de millones deespañoles ante la multiplicación de escándalos de corrupciónmientras ellos sufrían las dramáticas consecuencias de la crisiseconómica. "Este juicio tiene morbo, más que ninguno", reconocíaJesús López, jubilado de 71 años, que logró acceder a una delas pocas plazas reservadas para el público. La segunda hija deJuan Carlos I está acusada de dos delitos fiscales en relacióncon la presunta malversación de 6 millones de euros de dineropúblico por Urdangarin y un exsocio de éste. La infanta siempreha defendido desconocer estos negocios y haber confiado ciegamenteen su marido, del que se negó a divorciarse pese a la presión deuna Casa Real determinada a limitar los daños en la ya maltrechaimagen de la monarquía. Llegada a España para el juicio desdeSuiza, donde vive desde 2013, Cristina, de 50 años, está"dispuesta a asumir su presencia con tranquilidad", habíaasegurado su abogado, Miquel Roca. - 'La Casa Real era informada' -Urdangarin, de 47 años, exmedallista olímpico de balonmano, y suexsocio Diego Torres están acusados de inflar contratos firmadosentre 2004 y 2006 por una entidad sin ánimo de lucro quedirigían, el Instituto Nóos, con los gobiernos regionales deBaleares y Valencia. Después, esos beneficios eran supuestamentedesviados a varias empresas pantallas encabezadas por Aizoon,propiedad de Cristina y su esposo. Urdangarin será juzgado porprevaricación, malversación, fraude, delito fiscal, tráfico deinfluencias, falsedad, estafa, falsificación y blanqueo. El fiscalpide para él 19,5 años de cárcel y 16,5 para Torres. Esteúltimo siempre ha defendido que Juan Carlos I estaba al corrientede los negocios de Nóos y durante la instrucción aportó cientosde correos electrónicos destinados a demostrarlo. "La Casa Realera informada, lo conocía, lo supervisaba y en ocasiones hastacolaboraba", volvió a afirmar el domingo por la noche en unaentrevista al canal privado de televisión La Sexta. El juezinstructor intentó demostrar que la infanta participaba de losnegocios de su marido, pero el fiscal se opuso, asegurando no verindicios de delito, y sólo le permitió procesarla por fraudefiscal. Un cargo que la fiscalía y la Hacienda pública nisiquiera secundaron: la infanta está únicamente denunciada poruna acusación popular, la asociación ultraderechista ManosLimpias. Ahí radica su esperanza de escapar al juicio. Rocapedirá que se le aplique la conocida como 'doctrina Botín' que en2007 evitó al poderoso banquero Emilio Botín -difunto presidentedel Santander-, ser juzgado en un escándalo financiero al serúnicamente denunciado por una acusación popular. "Sería otroescándalo mayúsculo, porque hablaríamos de una sentencia dictadaa la carta para que no se sentara en el banquillo el mayor y másimportante financiero de España y Europa, y ahora sería para queno se sentara en el banquillo un miembro de la familia real",defendió Miguel Bernad Remón, responsable de Manos Limpias.||AFP|| /RPE