Hong Kong .- La fabricación de máscaras para todo tipo decelebraciones ha sido la salvación de empresas chinas, enparticular las que reproducen al presidente electo estadunidenseDonald Trump y también a Hillary Clinton.

El pasado noviembre la Shenzhen Yongtaida Latex Crafts vivió unpico en la producción, que le obligó a contratar docenas detrabajadores para trabajar en la noche a fin de fabricar y empacarmascaras del entonces aún candidato presidencial.

El producto todavía despedía olor a látex cuando era subido alos camiones que esperaban para su traslado a los aviones que losllevarían a los distribuidores en Estados Unidos, describe elSouth China Morning Post.

Cada una de las máscaras tenía un costo de fabricación de dosa tres dólares y se vendía por encima de los ocho dólares,afirmó al rotativo Landy Xiao, uno de los administradores de laShenzhen X-Merry Toy Company.

Otra empresa, la Shenzhen Yongtaida Latex Crafts, exportó másde 200 mil máscaras el año pasado, la mayoría de ellas a EstadosUnidos y Japón.

Tras los comicios presidenciales del pasado noviembre, la prensachina señaló que la venta de este tipo de productos fue "unbarómetro" que adelantó de manera correcta el resultado electoralfinal.

Se refería a que también hubo máscaras con la aspirantedemócrata Hillary Clinton, sin embargo las ventas de este productopronto quedaron atrás respecto a las de su rival republicano.

La máscara de Clinton empezó bien, pero pronto cayó, Luegovendíamos 10 del magnate neoyorquino por cada una de Hillary, dijoZhou Ailing, administradora de Shenzhen Yongtaida Latex Crafts,quien agregó que se trató de algo inesperado.

La producción de estos artículos comenzó el pasado mes demarzo, y pronto los pedidos pasaron de cientos a miles de máscarasconforme transcurría la campaña electoral.

Lo anterior fue el antecedente del balón inflable delineadocomo un gallo con el corte de cabello que distingue al mandatarioelecto estadunidense.

Un centro comercial en la provincia de Shanxi lo comenzó amostrar, y pronto el diseño fue copiado por fábricas en lasprovincias de Jianxing y Zhejiang, pero ahora con altura de más de20 metros.

Sobre el futuro tras el próximo viernes de toma de posesión,las firmas chinas difieren.

Zhou teme que se haga realidad la advertencia de que lasexportaciones chinas a Estados Unidos reciban tarifas arancelariasde hasta 45 por ciento.

Ante esa posibilidad, dice, todo lo que podemos hacer esasegurar la calidad de la producción y entregarla en tiempo,aunque espera un repunte doméstico con motivo del Halloween.

En contraste un vocero de la Honglida Commodity ManufacturingCompany con sede en Yiwu, en la provincia de Zhejiang, espera queel auge en las ventas siga por los próximos cuatro años.