Por Víctor Hugo Rico y Saúl Hernández
El principio del fin ocurrió cuandoRafael Caldera, entonces presidente de Venezuela, indultó a HugoChávez, después de un frustrado golpe de Estado. Losantichavistas maldicen aquel día de 1994. Aquella decisión tienepostrado al país sudamericano a pesar de la enorme riquezapetrolera con la que cuenta.
Haber heredado su reino a NicolásMaduro, provocó el desconcierto de los venezolanos y el actualpresidente apenas pudo derrotar a la oposición. Hoy, Venezuelaagoniza y el pueblo se rebela.
Chavismo: crónica de un desastreanunciado
Venezuelallegó a la 47 Asamblea General de la Organización de EstadosAmericanos (OEA) sumergida en una las peores crisis económicas,políticas y sociales de su historia. La población delinque por lacarencia de alimentos y medicinas; enfermedades que se pensabanerradicadas hace décadas han resurgido y los ataques a la prensason cada vez más frecuentes.
Por tercer año consecutivo, estepaís obtuvo el primer lugar de las economías más miserables delmundo, de acuerdo con un índice construido por Bloomberg quecombina las perspectivas de inflación y desempleo de cadanación.
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La oposición y no pocosintelectuales y políticos de América Latina aseguran que elprincipio del fin ocurrió cuando el entonces presidente RafaelCaldera indultó a Hugo Chávez, tras una frustrada asonada militarencabezada por el teniente coronel. Los antichavistas maldicenaquel día de 1994 debido las consecuencias económicas yhumanitarias de aquella decisión que tiene hoy al pueblovenezolano dividido y en condiciones no vistas antes en suhistoria.
Chávez ya no está. Pero antes demorir de cáncer heredó su proyecto político a Nicolás Maduro,quien gobierna el país desde el 2013 acosado por denuncias defraude y oleadas de protestas que han subido de tono a la par delcolapso económico y las prácticas autoritarias.
Este año se estima que la economíavenezolana se contraiga 7.4% y la inflación se dispare 1,134%,según cifras del Fondo Monetario Internacional. Esto ha provocadoque el país literalmente adelgace. Según la última encuestalevantada por la empresa Venebarómetro en diciembre de 2016, unaquinta parte de los venezolanos afirma comer sólo una vez al díay 78 de cada 100 señalan haber perdido peso por la carencia dealimentos, un fenómeno que ya es conocido como la “dieta deMaduro”.
El hambre es tal que las personasroban para poder sobrevivir, como lo alerta Observatorio Venezolanode Violencia (OVV) en su más reciente informe. Ciudadanos queantes trabajaron honradamente, ahora se han convertido endelincuentes amateurs.
Ni qué decir de la violencia queazota al país, la cual se disparó de 79 a 92 homicidios por cada100 mil habitantes, entre 2013 y 2016.
Venezuela enferma
Los estantes de las tiendas dealimentos no son los únicos que lucen vacíos, también loshospitales carecen de medicamentos básicos, lo que ha generado unacrisis de salud en el país sudamericano.
Entre 2015 y 2016 la mortalidadinfantil se disparó 30% y las muertes maternas, 66%. Enfermedadescomo la difteria, que se habían erradicado del país desde hace 24años, reaparecieron el año pasado. Los casos de malaria pasaronde 136 mil a 241 mil en el mismo periodo, mientras que los de Zikaaumentaron dramáticamente de 71 a más de 59 mil.
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La debacle que se veíavenir
Antes de la muerte de Chávez yaexistían voces desde la misma izquierda que alertaban del desastreinminente, una de ellas la del intelectual estadounidense NoamChomsky, que de ser partidario del chavismo terminó deslindándosedel régimen.
Si bien Hugo Chávez representó enun principio la esperanza de los pueblos oprimidos del continentepara romper con la corrupta élite gobernante y con el“imperialismo” de Estados Unidos, para Chomsky terminó en unaoportunidad perdida al no crear una economía sostenible, viable yapostar todo a la riqueza petrolera. Ahora, con Maduro, Venezuelaestá en situación de desastre.
La chispa que detonó la nueva olade protestas, iniciadas el 1 de abril, fue la pretensión fallidadel Tribunal Superior de Justicia de tomar para sí lasatribuciones de la Asamblea Nacional, dominada por la opositoraMesa de Unidad Democrática, acusada por Maduro de boicotear yasfixiar económicamente a su gobierno.
La convocatoria a una AsambleaConstituyente “obrera y popular” es la última acción deMaduro que ha encendido los focos rojos de la comunidadinternacional, y de la Organización de Estados Americanos (OEA) enparticular, que hasta el momento ha sido incapaz de ponerse deacuerdo para intervenir debido a la división entre susmiembros.
El descontento expresado en lascalles ha dejado más de 70 muertos en 82 días de movilizacionesreprimidas de forma cada vez más violenta. La prensa tampoco se hasalvado de la mano dura del chavismo: en apenas un periodo de 40días (marzo a mayo de 2017) el Instituto Prensa y Sociedad (IPYS)documentó 256 agresiones a comunicadores en donde el principalvictimario es el propio Estado. Se trata de una estadística quecrece año con año.
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