WASHINGTON.- El vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence,proclamó hoy la victoria del movimiento antiabortista en el paísante los miles de manifestantes de la llamada "Marcha por la vida"que cada año recorre Washington.
El político ultraconservador es el primer vicepresidenteestadounidense en el cargo que lidera esta marcha, que celebróeste año su edición 44 y tiene el impulso de organizacionesreligiosas de todo el país.
El mensaje de Pence, un habitual de esta y otras marchassimilares, fue que el movimiento antiabortista "está ganando denuevo" en el país con la victoria electoral del presidente DonaldTrump y el Congreso controlado por los republicanos.
"Él (Trump) me dijo que estuviera aquí con ustedes, que lesagradezca el apoyo y la compasión que tienen por las mujeres yniños de Estados Unidos", afirmó, después de que el presidentehubiera expresado poco antes su "apoyo total" a la marcha a travésde la red social Twitter.
Trump tuvo que esforzarse en su campaña por despejar cualquierduda sobre su posición sobre el aborto, tras la apertura quemostró en el pasado, y logró pacificar a este sector prometiendonominar jueces contrarios al aborto para el Tribunal Supremo yeligiendo a Pence como vicepresidente.
Pence es la garantía para los republicanos más beligerantes entemas sociales (aborto, matrimonio entre homosexuales): le avala suhistorial ultraconservador como congresista y como gobernador deIndiana (2013-2017).
Por eso, hoy Trump le envió a él para blandir ante los milesde manifestantes la medida antiabortista que firmó en su primerlunes de trabajo: una orden ejecutiva que prohíbe el uso de fondosdel Gobierno para subvencionar a grupos que practiquen o asesorensobre el aborto en el extranjero.
La siguiente victoria para el movimiento llegará "la próximasemana", cuando Trump nomine, tal y como se espera, a un juezcontrario al aborto para la sustituir al fallecido magistradoconservador Antonin Scalia.
Y las buenas noticias para los antiabortistas seguirán llegandoporque el Gobierno, remarcó Pence, "trabajará con el Congresopara terminar con la financiación del aborto y los proveedores deaborto con el dinero de los contribuyentes".
"Y dedicaremos esos recursos a los servicios de salud para lasmujeres en todo el país", agregó.
"La vida (el movimiento antiabortista) está ganando en EstadosUnidos y hoy es una celebración del progreso que hemos hecho. Estees un momento histórico en la causa de la vida", sentencióPence.
El vicepresidente urgió a los manifestantes a "continuarpresionando" para "seguir ganando los corazones y las mentes de lassiguientes generaciones".
"No descansaremos hasta que restauremos la cultura de la vida enEstados Unidos", prometió.
Antes de la aparición del vicepresidente y su familia,Kellyanne Conway se presentó como "esposa, madre, católica,consejera del presidente y pro-vida" y anunció que "es un momentoincreíblemente prometedor" para el movimiento antiabortista.
"Los escuchamos, los vemos, los respetamos y estamos deseandotrabajar con vosotros", dijo Conway, ante un movimiento que sesiente reivindicado por el nuevo Gobierno conservador tras ochoaños de mandato del demócrata Barack Obama.
Había informaciones -no oficiales- de que Trump intervendríamediante una llamada en la marcha, pero finalmente no lo hizo y fuePence quien dijo unas palabras en su nombre.
Otros presidentes republicanos, como Ronald Reagan (1981-1989) yGeorge W. Bush (2001-2009), participaron con un mensaje nopresencial en esta marcha.
Entre los asistentes a la marcha se veían muchos colegiosreligiosos, grupos parroquiales, familias con niños, peroescaseaban jóvenes de la generación del milenio (los que ahoratienen entre 17 y 37 años), como constató Efe.
Se pudieron ver, además, imágenes muy poco habituales enWashington, como la de las numerosas monjas y sacerdotes queviajaron a la capital para la marcha.
La mayoría de los manifestantes pertenecían a un gran grupoorganizado y se veía poca gente sola o en pequeños grupos.
Olivia, Elizabeth y Eliana viajaron desde Wisconsin (MedioOeste) con su grupo parroquial, que se identifica por unos gorritosgrises con pompón, para participar, a sus 15 años, en su primeramarcha contra el aborto.
"Venimos a defender el orgullo que tenemos por nuestrascreencias", dijo a Efe, emocionada, Olivia, que es católica.
Cuando se le pregunta si está en contra del aborto también enlos casos de violación, se queda callada, mira a sus amigas, ybalbucea: "creo que no tengo una posición sobre eso".
Ivania, de origen costarricense y también católica, llegó enautobús desde Nueva Jersey con toda su familia para celebrar que"por fin" el movimiento tiene una Casa Blanca en sintonía con susconvicciones.