SAO PAULO, Brasil.- El presidenteinterino de Brasil, Michel Temer, cumple un mes desde que asumióel Gobierno tras la suspensión de Dilma Rousseff para ser juzgada,y en una palabra resume estos primeros 30 días en el poder:guerra.
En una entrevista con el diarioFolha de Sao Paulo, que publicó extractos en su sitio web, elmandatario hizo con todo un balance positivo de sugestión.
“Restablecimos la comunicacióncon el Congreso, votamos proyectos con amplia mayoría y estamosretomando la confianza en el país, no es poca cosa para un iniciode Gobierno”, dijo Temer, a quien Rousseff califica de“golpista” y “usurpador”.
“Es una guerra, ha sido unaguerra”, aseguró el mandatario interino, atacado por montar ungabinete conservador y sin mujeres, y del cual ya cayeron dosministros por sospechas de corrupción.
Temer, vicepresidente en la fórmulaque llevó a Rousseff al poder, asumirá definitivamente elGobierno si la mandataria de izquierda es destituida en el juiciopolítico que enfrenta por manipulación de cuentaspúblicas.
Además de los dos ministroscaídos, uno de ellos el ministro de Planificación, hombre de suentera confianza, Temer se ganó una pelea con artistas eintelectuales por eliminar el Ministerio de Cultura, que pocosdías después reinstaló.