Con sorbos de sake, arqueros a caballo vestidos de samuráis y ritos sintoístas, Japón celebraba este miércoles con alegría la entrada en una nueva era y el ascenso al trono del nuevo emperador.
La lluvia aguó un poco la fiesta el martes por la noche durante la abdicación de Akihito, algo nunca visto en el país desde hacía 202 años.
A sus 85 años, Akihito se convirtió a medianoche en emperador emérito, un título creado a medida para él, y cedió el puesto a su primogénito Naruhito.
El cielo clareó el miércoles, primer día de la nueva era bautizada Reiwa ("bella armonía") y los japoneses, que disfrutan excepcionalmente de diez días de vacaciones, acudieron en masa al santuario Meiji Jingu, en medio de un bosque en pleno centro de Tokio.
Una treintena de sacerdotes sintoístas vestidos de blanco y tocados con gorros negros caminaron bajo el alto tori, o puerta del santuario, hacia el edificio principal para "anunciar" a los dioses el ascenso al trono del nuevo emperador.
Unas jóvenes, con casulla blanca y "hakama" (pantalones amplios) naranja chillón, repartían gratis sake, un licor de arroz fermentado, en 1.000 pequeños recipientes de madera que se agotaron en media hora escasa.
Kiyohiko Izawa, un oficinista de 28 años, y su esposa Naoko, visitaron el santuario para informar de su casamiento a las divinidades. "
Me siento feliz de poder hacer el anuncio de nuestra boda el primer día de Reiwa Naoko.
Más tarde, unos arqueros a caballo disfrazados de guerreros samuráis galopaban sobre el césped del santuario apuntando a los blancos ante una muchedumbre entusiasmada con el espectáculo. "Estoy muy emocionado de poder asistir a este evento tradicional", afirmó un obrero de 67 años de la región de Tokio.
Desde el cielo
El cambio de era es un hecho muy importante en el país. Para marcarlo se han vendido objetos conmemorativos y sellos con la fecha de 1 de la era Reiwa.
Algunas parejas optaron por casarse a medianoche y otros no escatimaron en gastos para disfrutar de este momento inolvidable.
Ochenta personas pagaron un vuelo especial para ver desde el cielo el primer amanecer de la nueva época, sobrevolando los Alpes japoneses.
"Pese a que los pasajeros no pudieron ver el monte Fuji debido al mal tiempo, disfrutaron de la primera salida del sol de la era Reiwa", afirmó a la AFP un portavoz de la compañía aérea Sho Inoue.
Otros viajaron a Nemuro (norte, Hokkaido), uno de los puntos más orientales del archipiélago japonés, para ver el amanecer, pero las nubes les jugaron una mala pasada.
Los menos madrugadores se contentaron con una pantalla gigante cerca de la estación abarrotada de Shinjuku para asistir al primer discurso del nuevo emperador poco después de las 11h00 (02h00 GMT).
Una estudiante de 21 años, con un quimono de colores, llegó desde Himeji, a 600 km al oeste de Tokio. "Soy alguien que ama la Historia y podemos estar seguros de que durante mucho tiempo se hablará de lo que estamos viviendo ahora, por eso quería estar aquí".
La víspera, los más juerguistas brindaron y armaron jaleo en el barrio animado de Shibuya. Algunos esperan que la nueva era aporte un poco de modernidad al sistema imperial.
"Espero que las mujeres puedan un día subir al trono como en el Reino Unido", afirmaba Tamae Moriyama, de 48 años. "Estoy contenta de que el gobierno se plantee hablar de ello. Los tiempos han cambiado, pero el sistema imperial no".