"La primera bandera del orgullo LGBTQ+ izada en Gaza", publicó el 13 de octubre la cuenta oficial del Estado Israel, haciendo viral una fotografía, que alcanzó más de 16 millones de visualizaciones.
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Según la cuenta oficial del Ministerio de Relaciones Exteriores, el militar se llama Yoav Atzmoni y es un homosexual que quiere "enviar un mensaje de esperanza a la población de Gaza que vive bajo el yugo de Hamás".
Su gesto, según el mensaje, es un "llamado a la paz y a la libertad". La bandera que enarbola lleva la inscripción en inglés "en nombre del amor".
Tanto esta foto como una en la que otro soldado, presentado también como Atzmoni, posa delante de un tanque con la bandera de Israel y los extremos con arcoíris, fueron publicados en la plataforma X por el guionista británico Lee Kern.
El ejército israelí "son las únicas fuerzas armadas que otorgan a los gays la libertad de ser quienes somos", dice Atzmoni, citado por este guionista.
Ni Atzmoni ni Kern respondieron a las solicitudes de entrevista de la agencia AFP.
"Caballo de Troya"
Estas afirmaciones enfadaron a los militantes de los derechos LGBTQ+ en el mundo árabe, y más allá.
La bandera arcoíris "no tiene absolutamente nada que ver en esta guerra", protestó Nas Mohamed, fundador de Alwan que milita por los derechos LGBTQ+ en los países del Golfo.
Para este activista refugiado en los Estados Unidos, "nunca debemos aprovechar la evolución de los derechos de un grupo de personas", en este caso los israelíes, "para usarlos como arma contra aquellos" que no se benefician de ellos, en referencia a los palestinos.
"La fotografía es repugnante", dice Ahmad Nawwas, un militante LGBTQ+ palestino contactado por AFP.
Reivindicar esta "primera vez" viene a decir que "los queer palestinos no existen" o que "pueden ser libres únicamente si dependen de Israel", estima este activista refugiado en Europa.
Además, haciendo esto, Israel refuerza la homofobia entre los palestinos que pueden "asociar a los homosexuales a algo que es exclusivo de Israel", añade.
En represalias al ataque sin precedentes del movimiento palestino Hamás del 7 de octubre, que causó mil 200 muertos, mayoritariamente civiles, según las autoridades del país, Israel lleva semanas de ataques incesantes sobre la Franja de Gaza, donde el gobierno de Hamás cifra en más de 13 mil 300 los palestinos muertos.
Israel utiliza "los derechos LGBTQ+ como un caballo de Troya", estima Rasha Younes, investigadora de los derechos LGBTQ+ en Oriente Medio de Human Rights Watch, para presentarse como "un bastión de los derechos humanos en la región" mientras el país lleva a cabo una "represión sistemática de los palestinos".
Este tipo de prácticas suelen recibir el nombre de "lavado rosa" o "pinkwashing", es decir, blanquear un país o una organización con una impostada imagen de sensibilidad con los derechos LGBTQ+.
Cuestión de principios
Israel, donde las minorías sexuales han obtenido derechos crecientes en las últimas décadas, cuenta con una importante comunidad gay, especialmente en Tel Aviv, apodada "la capital gay de Oriente Medio".
Si bien sólo los matrimonios religiosos (y por tanto heterosexuales) están reconocidos por la ley, los enlaces entre personas del mismo sexo en el extranjero se reconocen.
El contraste es inmenso con la sociedad palestina, donde la homosexualidad es un tabú.
En una tribuna publicada a principios de noviembre en el New York Daily News, el presidente de la ONG LGBTQ+ Network pidió a las personas LGBT+ "respaldar a Israel".
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"Es una cuestión de principios y de supervivencia", defendió David Kilmnick, afirmando que Hamás, en el poder en Gaza desde 2007, "persigue, tortura y asesina a personas LGBTQ+".
Igualmente en Cisjordania, "es innegable que la Autoridad Palestina restringe los derechos de las personas LGBT", dice Rasha Younes.
"Pero esto no borra ni silencia los abusos cometidos por el gobierno israelí", que "ha privado a numerosos palestinos de acceso a servicios básicos y a toda libertad, sean homosexuales o no", apunta la investigadora.