Olaf Scholz, canciller de Alemania, pidió este lunes a Rusia señales inmediatas de desescalada ante la crisis en la frontera con Ucrania, antes de viajar a Kiev y Moscú, en medio de un enfrentamiento entre el Kremlin y Occidente que no se veía desde la Guerra Fría.
"Esperamos de Moscú señales inmediatas de desescalada (...) Una nueva agresión militar tendría duras consecuencias para Rusia", declaró en un tuit Scholz, calificando la situación de muy, muy seria.
El viaje del canciller a las capitales de Rusia y Ucrania sigue la ruta del presidente francés Emmanuel Macron, que la semana pasada se reunión con sus homólogos en ambas ciudades.
Alemania, a menudo acusada de ser demasiado complaciente con Rusia debido a sus intereses económicos, ha endurecido el tono en los últimos días.
"Estamos frente al riesgo de un conflicto militar, de una guerra, en Europa oriental, y Rusia es responsable", dijo el presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier.
Una fuente del gobierno alemán dijo que la situación ahora era "crítica y muy peligrosa".
Por su parte, Estados Unidos sigue insistiendo en que Rusia puede lanzar una invasión militar en cualquier momento y ha pedido a sus ciudadanos que salgan de Ucrania, un gesto imitado por otros países.
Última oportunidad
El viaje de Scholz a Moscú es probablemente la última oportunidad de lograr la paz, dijo el domingo el embajador de Ucrania en Alemania, Andrii Melnik, a la cadena alemana Bild TV.
"Tenemos la sensación de que la guerra es algo cada día más inevitable", hay que prepararse para lo peor, dijo.
El conflicto entre Moscú y Kiev tuvo su punto álgido con la anexión de la península de Crimera en 2014, y desde entonces apoya a los separatistas prorrusos en Ucrania.
Por otro lado, Rusia niega tener intenciones de invadir a su país vecino, pero vincula la desescalada militar a una serie de exigencias, especialmente la garantía de que Ucrania no será admitida como miembro de la OTAN, algo que Occidente considera inaceptable.
Este lunes, los ministros de Finanzas del G7 subrayaron que están dispuestos a imponer en un plazo muy corto sanciones "con consecuencias importantes e inmediatas para la economía rusa", en caso de agresión militar contra Ucrania.
"Nuestra prioridad inmediata es apoyar los esfuerzos destinados a hacer avanzar la situación", dicen los ministros de Reino Unido, Estados Unidos, Francia, Canadá, Alemania, Italia y Japón, en un comunicado.
Pero "cualquier agresión militar de Rusia contra Ucrania merecerá una respuesta rápida y eficaz", afirmó el G7, presidido actualmente por Alemania.
Sobre las posibles sanciones y ante el disgusto de Alemania, las autoridades de Estados Unidos ya mencionaron el futuro del gasoducto Nord Stream 2, construido para transportar gas ruso hacia Alemania, evitando a Ucrania.
Alemania también se ha visto criticado por su negativa de entregar armas a Ucrania.
"Pido oficialmente a nuestros socios que se aclaren para saber de qué lado están: del de Ucrania, que se defiende, o del lado del agresor", pidió el alcalde de Kiev y excampeón de boxeo, Vitali Klitschko, la semana pasada en una entrevista con la AFP.
En total, hay más de 100 mil militares rusos en la frontera con Ucrania y otros miles participan en maniobras militares en Bielorrusia y en el Mar Negro.
Invitación a Biden
En una conversación telefónica mantenida el domingo por la noche, el presidente estadounidense Joe Biden y el mandatario ucraniano Volodimir Zelenski "coincidieron en la importancia de continuar por la vía de la diplomacia y la disuasión".
La presidencia ucraniana agregó que Zelenski urgió a Biden visitar Kiev en los próximos días, un viaje que sería "una señal de gran peso y contribuiría a estabilizar la situación".
El primer ministro británico, Boris Johnson, también va a viajar al norte de Europa, concretamente a los Estados bálticos, esta semana, para hacer avanzar la vía diplomática en esta crisis.
Por su parte, Ucrania ha exigido una reunión urgente con Rusia y los 57 países miembros de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE).
Ucrania acusa a Rusia de no respetar las reglas de la organización al no compartir informaciones sobre los movimientos de tropas en su frontera.
El ministro ucraniano de Relaciones Exteriores, Dmytro Kuleba, afirmó que Rusia había ignorado una demanda de Kiev sobre el llamado Documento de Viena, un texto de la OSCE que pide transparencia entre las fuerzas armadas de todos sus miembros.
"Pasamos a la etapa siguiente: Ucrania convoca una reunión con Rusia y todos los Estados miembros en un plazo de 48 horas para mencionar la intensificación y los desplazamientos de las tropas rusas en nuestra frontera y en la ocupada Crimea", dijo.
Un representante de la presidencia rotativa de la OSCE, que actualmente ocupa Polonia, indicó en Twitter que la reunión urgente pedida por Kiev tendrá lugar el martes en Viena, sin especificar si Rusia participará.
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