La actriz Angelina Jolie pidió ante el Consejo de Seguridad de la ONU más compromiso para ayudar a las víctimas de violencia sexual durante los conflictos armados y que se persiga a los responsables de esos crímenes "sin importar el país o las circunstancias".
Jolie, que es también enviada especial del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), se dirigió telemáticamente al máximo órgano ejecutivo de la ONU, que celebró una reunión virtual en la que discutió el informe anual sobre la violencia sexual en los conflictos, presentado por el secretario general de la ONU, António Guterres.
"Tenemos que estar preparados para admitir dónde hemos fallado, y para hacer el trabajo duro para apoyar a los supervivientes, cambiar las leyes y las actitudes y hacer que los perpetradores rindan cuentas durante muchos años, sin importar el país o las circunstancias", dijo Jolie.
La famosa actriz y defensora de los refugiados centró la mayor parte de su intervención en llamar la atención sobre la situación de las mujeres y niñas yazidíes, una comunidad de ritos religiosos basados en el zoroastrismo y que en agosto de 2014 fue víctima de un genocidio por parte del grupo radical Estado Islámico (EI) en la comarca iraquí de Sinyar.
Los combatientes del EI secuestraron a unos 6 mil 500 yazidíes, la mayoría niños y mujeres, muchas de las cuales fueron esclavizadas sexualmente.
"Un médico que brindó atención médica a mujeres y niñas yazidíes dijo que casi todas las niñas que trató entre los nueve y los 17 años habían sido violadas o sometidas a otro tipo de violencia sexual. En algunos casos las víctimas eran niñas menores de nueve años que sufren problemas de salud graves, como fístulas traumáticas y cicatrices, además de traumas, dificultades de acceder a una educación e incluso deben luchar para demostrar su identidad", dijo Jolie.
La activista recriminó a los miembros del Consejo de Seguridad que los "servicios psicológicos y los programas destinados a los yazidíes menores de edad están muy lejos de cubrir las necesidades especializadas a largo plazo", de acuerdo con un informe de Amnistía Internacional.
"Para ser claros, la falta de servicios se deriva del fracaso de la comunidad internacional para proporcionar los fondos para hacer esto posible, así como (de la falta de) la voluntad política", subrayó.
El Informe presentado por Guterres evalúa la situación en 19 países en los que existe "información verificada por la ONU".
Se trata de conflictos abiertos como los de Siria, Afganistán, República Centroafricana, Colombia, República Democrática del Congo, Iraq, Libia, Mali, Myanmar, Somalia, Sudán de Sur, Sudán y Yemen, o de guerras pasadas como las de Bosnia y Herzegovina, Costa de Marfil, Nepal y Sri Lanka.
Además, la ONU menciona a Brundi y Nigeria como dos casos preocupantes.
Pramila Patten, la representante especial de Guterres para la violencia sexual en los conflictos, declaró por su parte ante el Consejo de Seguridad que la ONU documentó cerca de 3 mil casos de violencia sexual en un solo año y subrayó que en el 89 por ciento de los casos esta violencia estuvo dirigida contra mujeres y niñas.
Sin embargo, apuntó que también se registraron casos contra hombres, niños y miembros de la comunidad LGTBI.
"Detrás de cada número hay una historia humana. Demasiado a menudo, es la historia de un superviviente que camina avergonzado, mientras que el perpetrador camina libre. Es la historia de un militar o un líder político que se siente por encima de la ley y la de un civil que ha caído bajo su alcance", dijo Patten.