MADRID. En la tercera etapa de su gira europea, el presidente argentino, Alberto Fernández, se reunió en Madrid con el jefe del ejecutivo español, Pedro Sánchez, del que obtuvo su "respaldo" para renegociar con el FMI la pesada deuda exterior argentina.
Sánchez recibió a Fernández con un abrazo a las puertas del palacio de la Moncloa, oficinas de la presidencia del gobierno español.
El dirigente peronista de centro-izquierda es el primer mandatario extranjero recibido por el líder socialista español desde que éste fuera investido en enero. Ambos se vieron ya en septiembre durante una visita de Fernández a Madrid, en calidad de candidato.
"Sánchez ha trasladado al nuevo mandatario argentino la solidaridad del Gobierno español para superar la difícil situación económica y social que vive Argentina, así como el respaldo en el proceso de renegociación de la deuda", señaló en un comunicado la presidencia del gobierno de España, un país que es el segundo mayor inversor extranjero en Argentina, y miembro del FMI con una cuota actual del 1.68 por ciento.
Fernández se encuentra de gira por Europa con un cometido muy claro: recabar apoyos políticos de peso para negociar un reescalonamiento de los vencimientos de la deuda exterior argentina.
El pasivo asciende a 311 mil millones de dólares, de los cuales 44 mil millones con el FMI, acordados bajo el gobierno del anterior presidente, el liberal Mauricio Macri.
La deuda externa equivale a cerca del 91 por ciento del PIB argentino. Y el monto a renegociarse -de aquí al 31 de marzo según los objetivos del gobierno- es de unos 195 mil millones de dólares (57 por ciento del PIB), correspondientes a la deuda pública con bonistas privados y organismos bilaterales y multilaterales.
Los demás datos macro tampoco son buenos, ya que la economía argentina lleva año y medio en recesión, la pobreza afecta al 40% de la población y la inflación es de las más altas del mundo, un 53,8% en 2019.
En tanto, el gobierno de la provincia de Buenos Aires, la más rica de Argentina, reconoció que no consiguió postergar el vencimiento de un bono de deuda, en medio de la crisis económica que sufre el distrito y el país, pero afirmó que finalmente afrontará el pago para evitar caer en un "default".
El Ejecutivo bonaerense -que desde diciembre pasado encabeza el peronista Axel Kicillof- resolvió afrontar el vencimiento, de 250 millones de dólares, usando recursos propios recaudados en los últimos días mediante colocación de deuda en el mercado local, sin necesidad de la asistencia del gobierno nacional.