BUENOS AIRES, Argentina. Argentina vivió una jornada de violencia ante la represión policial de una marcha masiva en contra de la reforma jubilatoria que propuso el gobierno y una escandalosa sesión en la Cámara de Diputados, lo que orilló al Congreso a suspender la sesión.
En una jornada caótica, efectivos de Gendarmería, Prefectura, policías federales y de la ciudad de Buenos Aires blindaron las calles alrededor de la sede del Congreso para impedir el paso a organizaciones sociales, sindicales, de derechos humanos y universitarias, entre otras.
Avenidas y calles de acceso fueron cerradas con vallas desde el miércoles, por lo que los manifestantes se limitaron a insultar a los gendarmes que estaban dentro del corralito que rodeó la sede parlamentaria.
“Podría ser tu abuela”, “Ya les va a tocar jubilarse y van a ser afectados por este robo”, “¿No les da vergüenza? Deberían luchar junto al pueblo, no contra el pueblo?”, les gritaban a los efectivos que permanecían inmutables, protegidos por casos, chalecos antibalas y escudos.
“Maldito sea el soldado que vuelva las armas contra su pueblo: Simón Bolívar”, rezaba una pinta en una de las vallas en las que, cada tanto, personas de a pie increpaban a los gendarmes para que los miraran de frente. En medio de las corridas, las organizaciones se fueron dispersando, pero en los alrededores se cometieron actos de vandalismo como la quema de contenedores de basura que podían explotar y provocar mayores daños.
Antes de la represión, a la Plaza del Congreso se acercaron personas con pancartas con leyendas como “Macri les miente a los jubiladores” o “reducir jubilaciones, asignaciones universales, salarios y fuentes de trabajo es robarle los derechos humanos a los que menos tienen”.