El fatídico suceso del 11 de septiembre de 2001, en Estados Unidos, instaló nuevas prácticas de seguridad aérea que las aerolíneas y aeropuertos han implementado con el paso de los años hasta que se normalizaron alrededor del mundo.
En aquella fecha, dos aviones se estrellaron contra las famosas Torres Gemelas, en Nueva York, una de las ciudades emblemáticas del vecino país al norte, lo que ocasionó su derrumbe y la pérdida de innumerables vidas humanas por este impacto que fue transmitido alrededor del mundo en tiempo real.
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Claudio Coloma, profesor y especialista en Relaciones Internacionales del Tec de Monterrey, señaló que esto también abrió la puerta a generar mecanismos y protocolos generales de seguridad, que han llevado a adoptar un sistema mundial de protocolos al momento de abordar y de descender de cualquier vuelo en el mundo.
"Hasta antes del 11 de septiembre del año 2001 había una serie de prácticas de normas de conductas a las cuales estábamos acostumbrados en materia de viajes internacionales de vuelos internacionales que con que a partir del ataque terrorista a los ataques terroristas esas prácticas fueron completamente cambiadas fueron modificadas y fueron desplazadas por otras prácticas Y a qué me refiero con prácticas.
Dijo que después del 11 de septiembre de hace 20 años los controles de pasajeros se incrementaron de manera exponencial, incluso obligando a los usuarios de vuelos internacionales a quitarse los zapatos y el cinturón.
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Incluso recordó que gritar durante un vuelo o mencionar la palabra bomba en Estados Unidos ha llevado a adoptar nuevos protocolos de seguridad, donde el piloto del avión puede decidir regresar al aeropuerto y entregar a las autoridades bajo arresto a quien haya cometido esta acción.
Caloma explicó que estas prácticas se han ido adecuando al contexto, por lo que ahora también vemos mecanismos electrónicos que sirven para escanear a los pasajeros de cuerpo completo y todas sus pertenencias a través de la adopción tecnológica.
Entrevistado aparte, Fernando Gómez Suárez, analista del sector aéreo, coincidió en que tras el suceso se llevaron a cabo medidas de seguridad que antes no se presentaban en los aeropuertos de manera generalizada en el mundo.
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"Está implementación de medidas se dio mediante la instalación de equipos de revisión de rayos x, mayor personal en los filtros, donde se reciben los equipajes, te tenias que quitar el calzado, el cinturón y todos los elementos metálicos que pudieras traer contigo", detalló.
Asimismo, Claudio Caloma refirió que si bien se creó un nuevo sistema de seguridad mundial, no es que se hayan adoptado prácticas inexistentes o realmente novedosas, pues recordó que en países como Colombia ya se tenían mecanismos fuertes para controlar el acceso y la salida internacional de sus habitantes, debido al fuerte conflicto social y de seguridad que se vivió antes del 11 de septiembre por el narcotráfico y la guerrilla.
Nos acordamos del 11 de septiembre por ser un evento más impactante, de Estados Unidos por el tamaño de su economía, pero "ya habían ciertos elementos que nos permitían decir: 'la seguridad en aviación y en los servicios aéreos puede encaminarse hacia estos niveles, en la medida en que nuestros índices de inseguridad aumenten".
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MÉXICO RESIENTE ESTRAGOS DEL GOLPE
México se convirtió en uno de los países que inmediatamente resintió los estragos de los atentados terroristas en Nueva York.
Las autoridades estadounidenses reaccionaron extremando la seguridad de las fronteras, sin llegar al punto de cerrarlas, pero el tema migratorio se convertiría para la posteridad el tema que dividió a las dos naciones norteamericanas.
“Lo paradójico de todo esto es que el 7 de septiembre de 2001 Vicente Fox estaba dando un discurso en el Congreso de EU. Pidió una reforma migratoria y todo el mundo le aplaudió. Había un consenso para hacer una reforma migratoria”, recordó la especialista en política exterior de Norteamérica, Gabriela de la Paz.
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El terrorismo Internacional se convirtió en un fenómeno transnacional y eso impacto directamente con las relaciones bilaterales con Estados Unidos. En primer lugar, EU reconoció que tenía severos fallos en las aplicaciones de las visas, y sobre todo en la adjudicación a estudiantes y así se dio el primer paso que endureció el sistema migratorio teniendo a México como protagonista.
“Pero lo cierto es que esos fallos en migración condujeron a que EU no haya incurrido en una reforma migratoria en estos veinte años”, recalcó la especialista.
América Latina dejó de ser una prioridad a nivel del poder Ejecutivo y se pasó a los procedimientos estandarizados del departamento de Estado, concretamente al departamento para asuntos del hemisferio occidental, que es la que ve con todo lo que tiene relación con nuestra región.
Ya durante la guerra, Estados Unidos mostró un rechazo total a la posición de México respecto a su desaprobación a la intervención militar en Irak, donde Washington aseguraba que el régimen de Sadam Hussein resguardaba en su territorio armas de destrucción masiva, algo que nunca pudo ser comprobado, sin embargo, estas posturas encontradas también enfrió la posibilidad de una reforma migratoria entre Estados Unidos y México.
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LA INDUSTRIA MILITAR CRECIÓ EXCESIVAMENTE
Los ataques del 11 de septiembre intensificaron la militarización de Estados Unidos, tanto en el país como en el extranjero. Ahora, la inversión en el estado militar es inmensa. Ese día marcó el comienzo del Departamento de Seguridad Nacional federal a nivel de gabinete, con un presupuesto inicial en 2001-02 de 16 mil millones de dólares. Los presupuestos anuales de la agencia alcanzaron un máximo de 74 mil mdd en 2009-2010 y ahora rondan los 50 mil mdd.
La Ley Patriota posterior al 11 de septiembre también otorgó poderes paramilitares a las agencias de espionaje. La ley redujo las barreras entre la CIA, el FBI y la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) para permitir la adquisición y el intercambio de comunicaciones privadas de estadounidenses. Estos iban desde registros telefónicos hasta búsquedas en la web.
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Todo esto se justificó en una atmósfera de fervor antimusulmán histérico y duradero. Solo en 2013 la mayoría de los estadounidenses se dieron cuenta del alcance de esta red de vigilancia. Edward Snowden,un contratista que trabaja en la NSA, filtró documentos que revelaron un presupuesto secreto de 52 mil millones de dólares para 16 agencias de espionaje y más de 100 mil empleados.
A pesar de las largas objeciones de los grupos de libertades civiles y la inquietud entre muchos ciudadanos privados, especialmente después de las filtraciones de Snowden, ha resultado difícil hacer retroceder al estado de seguridad industrializado.
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Esto se debe a dos razones: el alcance de la inversión y porque sus objetivos,tanto a nivel nacional como internacional,no suelen ser blancos ni poderosos. La militarización es ahora tan común que los departamentos de policía locales y las oficinas del alguacil han recibido equipos militares por valor de unos siete mil mdd (incluidos lanzagranadas y vehículos blindados) desde 1997, financiados por programas del gobierno federal.La policía militarizada mata a civiles aun alto índice, y los objetivos de todos los aspectos de la vigilancia y el encarcelamiento son desproporcionadamente personas de color.
El monstruo del estado militarizado mantiene a Estados Unidos en guerra en el extranjero, sin importar si los republicanos o los demócratas están en el poder. Desde el 11 de septiembre, la "guerra contra el terrorismo" ha costado más de 8 billones de dólares y ha provocado la pérdida de hasta 929 mil vidas.
TECNOLÓGICAS GANARON
El presupuesto no se invirtió solo en la militarización. Los gigantes tecnológicos ganaron miles de millones de dólares en contratos con el ejército de EU y otras agencias gubernamentales durante la guerra, según un informe publicado previo al 20 aniversario del 11-S.
El informe "Big Tech Sells War" (Las grandes empresas tecnológicas venden la guerra), publicado por tres grupos de activistas estadounidenses, documentó una explosión de contratos gubernamentales con Amazon, Facebook, Google, Microsofty Twitter desde 2004. Los contratos de las compañías fueron "principalmente con agencias centrales en la guerra contra el terrorismo", dijo el informe.
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"Desde 2004 hasta hoy, las grandes empresas tecnológicas han experimentado un enorme aumento de la demanda federal de sus servicios, en particular del Pentágono y del Departamento de Seguridad Interior", señala el informe.
Sólo el Departamento de Defensa ha gastado 43 mil 800 mdd en contratos confirmas tecnológicas desde 2004, según la colaboración entre el Action Center on Race and the Economy y los grupos de justicia social LittleSis y MPower Change.
Con información de AFP y Reuters
