WASHINGTON. El presidente de Joe Biden firmó una decreto que da prioridad a las empresas y productos de EU en los contratos con el gobierno federal, pese al riesgo de crispar con ello a socios comerciales como Canadá.
“Podemos crear más puestos de trabajo” en la industria manufacturera, aseguró Biden en una conferencia de prensa. “No acepto la idea de que la vitalidad del sector manufacturero de Estados Unidos sea cosa del pasado”.
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La Ley de Compra de Productos Estadounidenses ('Buy American Act') de 1933, todavía en vigor, requiere que las agencias federales den prioridad a la compra de bienes producidos en EU, pero existen numerosas excepciones y oportunidades de exención, como denuncian desde hace tiempo pequeñas y medianas empresas.
Algunos productos son, por ello, registrados con el sello “Fabricado en Estados Unidos”, aunque una mayoría de sus componentes proceden de fuera.
El gobierno gasta cerca de 600 mil millones de dólares anuales en la seguridad del país. “Tenemos que asegurarnos de que este dinero vaya a empresas estadounidenses”, dijo Biden.
El nuevo inquilino de la Casa Blanca retoma así una temática predilecta de su predecesor, Donald Trump.
Pero las nuevas disposiciones podrían irritar a aliados y socios estratégicos de Estados Unidos como Canadá o los países europeos, que ya estimaban que las disposiciones de esa legislación impedían a sus empresas acceder a ciertas licitaciones del gobierno estadounidense.
La ministra de Finanzas canadiense, Chrystia Freeland, dijo que su país está preocupado por los planes de Biden de “comprar estadounidense”, diseñado para garantizar que las empresas locales se benefician del gasto federal.
Freeland dijo a la prensa que la cuestión del libre comercio estará alta en la agenda de Ottawa durante las discusiones con la administración Biden. Los dos vecinos tienen economías integradas.
“El diablo a menudo está en los detalles”, añadió Freeland, al enfatizar que el gobierno canadiense trabajará en favor de una relación comercial bilateral equilibrada y “beneficiosa para todos”.
El ministro de asuntos exteriores canadiense también alertó a EU contra la disposición, según medios locales.
Biden señaló que tras cuatro años de proteccionismo de Trump no es el momento para una liberalización total.
El decreto de Biden sigue la estela de las medidas tomadas por Trump para impulsar al Estado federal a comprar más productos de EU. Entonces convirtió los derechos de aduana en un arma contra las importaciones, con resultados desiguales.
Pero, en lugar de una guerra comercial con otros países, Biden se enfoca en endurecer las normas del “compre productos estadounidenses”, gracias al poder económico del gobierno federal.
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