El ejército estadounidense lanzó este jueves un ataque contra instalaciones en el este de Siria utilizadas por milicias respaldadas por Irán, en represalia por los recientes ataques con cohetes contra ubicaciones de tropas estadounidenses en Irak, dijo el Pentágono.
De acuerdo con el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (por sus siglas en inglés, OSDH) el ataque dejó por lo menos 17 combatientes proiraníes muertos.
"Bajo la dirección del presidente (Joe) Biden, las fuerzas militares estadounidenses realizaron a principios de esta noche ataques aéreos contra la infraestructura utilizada por grupos de milicianos respaldados por Irán en el este de Siria", dijo el portavoz John Kirby en un comunicado.
"Estos ataques fueron autorizados en respuesta a los recientes ataques contra el personal estadounidense y de la Coalición en Irak, y a las continuas amenazas a ese personal", dijo.
El ejército estadounidense no informó si hubo víctimas en la ofensiva.
Kirby dijo que el objetivo era un punto de control fronterizo utilizado por grupos armados iraquíes respaldados por Irán, incluidos Kataeb Hezbollah y Kataeb Sayyid al-Shuhada.
El ataque llegó después de tres ataques con cohetes contra instalaciones situadas en Irak y que son utilizadas por las fuerzas estadounidenses y de la coalición que luchan contra el grupo Estado Islámico.
Uno de esos ataques, a un complejo militar en Arbil, la capital de la región kurda, el 15 de febrero, mató a un civil y a un contratista extranjero que trabajaba con las fuerzas de la coalición y en él resultaron heridos varios contratistas estadounidenses y un soldado.
Los ataques en Irak llevados a cabo por grupos que se sospecha que operan bajo la dirección de Irán supusieron un desafío para la nueva administración de Biden, en un momento que abre la puerta a reanudar las negociaciones con Teherán sobre su programa nuclear.
La administración estadounidense dice que quiere reanimar el acuerdo de 2015, del que el expresidente Donald Trump salió en 2018, y que tiene como objetivo congelar las aspiraciones nucleares de Irán.
Pero Washington también considera a Teherán como una amenaza continua para la seguridad en Oriente Medio.
Kirby calificó los ataques del jueves como "proporcionales" y dijo que "se llevaron a cabo junto con medidas diplomáticas", incluida la consulta con socios estadounidenses de la coalición anti-EI.
Pero también dijo que estaba diseñado para reducir la tensión en el este de Siria e Irak.
"La operación envía un mensaje inequívoco: el presidente Biden actuará para proteger al personal estadounidense y de la Coalición", dijo.
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