El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, llegó este domingo a Estados Unidos, donde se reunirá el martes con su homólogo Donald Trump para sellar una naciente alianza conservadora, fortalecer lazos económicos y militares y aumentar la presión sobre Venezuela.
El mandatario aterrizó a las 15:40 hora local en la base San Andrews, a las afueras de Washington.
Este es el primer viaje oficial de Bolsonaro al exterior desde que asumió el poder el 1 de enero, aunque su estreno internacional fue el Foro de Davos, que se celebró en Suiza ese mismo mes.
"Por primera vez en mucho tiempo, un Presidente brasileño que no es antiestadounidense llega a Washington. Es el comienzo de una alianza por la libertad y la prosperidad, como los brasileños siempre desearon", dijo Bolsonaro en Twitter.
Bolsonaro viajó acompañado de seis ministros, entre ellos el canciller Ernesto Araújo, el titular de Economía Paulo Guedes y el de Justicia y Seguridad, Sergio Moro.
Su hijo y diputado federal Eduardo Bolsonaro -sumamente activo en las articulaciones con representantes de la ola neoconservadora mundial- ya estaba en Estados Unidos.
El mandatario brasileño estará en Washington hasta el martes y está alojado en la Blair House, la residencia oficial para huéspedes situada frente a la Casa Blanca, a donde llegó hacia las 16:15 hora local.
Además de mantener una reunión con Trump el martes en el Salón Oval, Bolsonaro aprovechará su estancia en la capital estadounidense para reunirse con el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, y participará en varios foros sobre las oportunidades que ofrece la economía brasileña.
En la noche del domingo asistía a una cena en la residencia del embajador de Brasil en Washington a la que fueron invitados Steve Bannon, el controvertido exasesor del presidente de Estados Unidos, y el ensayista brasileño residente en Estados Unidos Olavo de Carvalho, considerado el gurú de Bolsonaro.
Walter Russell Mead, columnista del diario The Wall Street Journal, Matt Schlapp, presidente de la Unión Conservadora Estadounidense, Chris Buskirk, editor del portal American Greatness (La Grandeza Estadounidense), entre otros, también eran esperados en el evento.
En la tarde unas 50 personas se congregaron frente a la Casa Blanca para protestar con pancartas que rezaban "Bolsonaro asesino" y "Liberen a Lula", en referencia al expresidente de izquierda (2003-2010) condenado a 12 años de prisión por corrupción pasiva y lavado de dinero.
Venezuela en la agenda
Uno de los ejes de la agenda con Trump es la crisis en Venezuela. La férrea oposición a lo que ambos gobiernos consideran una "dictadura" en el país caribeño es uno de los temas que más une a los dos mandatarios.
Estados Unidos está al frente de los más de 50 países -entre ellos Brasil- que reconocen al líder opositor Juan Guaidó como presidente interino, y ha aplicado sanciones económicas y un embargo al crudo de Venezuela, crucial para la economía del país latinoamericano, que empezará a regir el 28 de abril.
"Brasil y Estados Unidos juntos asustan a los defensores del atraso y de la tiranía alrededor del mundo. Los que tienen miedo de alianzas con un país libre y próspero? ¡Es lo que hemos venido a buscar!", dijo en un tuít este domingo.
El jueves Bolsonaro anunció que durante su visita se firmará un acuerdo de salvaguardias tecnológicas que permitirá el uso de la base de Alcántara (norte de Brasil) para lanzamiento de cohetes estadounidenses.
Será un acuerdo será "muy importante", dijo. "Estamos perdiendo mucho dinero en esa región. Podríamos estar lanzando satélites de todo el mundo", había afirmado esta semana.
La base de Alcántara, en el estado de Maranhao, tiene una ubicación ideal para los lanzamientos, pues está muy próxima a la línea del ecuador, lo que permite economizar hasta 30% del combustible o llevar más carga.
Se espera asimismo que ambos mandatarios discutan medidas para aumentar el comercio bilateral y el ingreso del gigante sudamericano en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Después de Estados Unidos, Bolsonaro visitará Chile y a fin de mes viajará a Israel, en una muestra clara de su tentativa de acercamiento a gobiernos que considera comprometidos con sus opciones ideológicas conservadoras y económicamente liberales.