Bomberos de todo Estados Unidos unían esfuerzos en una dura batalla contra los peores incendios forestales de California en años, que ya mataron a 23 personas y por ahora no parecen ceder.
Vientos secos y casi huracanados azotan la región del vino, obstaculizando los esfuerzos de los miles de bomberos exhaustos que tratan de contener los 22 incendios que han arrasado con 68.800 hectáreas.
Y el servicio nacional del clima pronosticó en algunas áreas vientos de hasta 80 km/h y que las "condiciones climáticas críticas para un incendio" continuarán durante el fin de semana.
La orden de evacuación se mantiene en los condados vitivinícolas de Napa y Sonama donde cientos de personas perdieron sus hogares por la tormenta de fuego.
Las autoridades informaron a los residentes de Calistoga, una pueblo-resort de 5.000 personas en Napa, y Geyserville, de 800 personas en Sonoma, que debían salir de sus casas y buscar refugio en otro lugar.
Las evacuaciones en Santa Rosa, también en Sonoma, afectaron a unas 175.000 personas. Al final, barrios enteros quedaron reducidos a cenizas.
"Hemos tenido incendios en el pasado, este es uno de los mayores, de los más serios", dijo el gobernador de California, Jerry Brown, el miércoles. "Esto no ha terminado".
Veintitrés muertos se han reportado hasta ahora -13 en el condado de Sonoma, seis en Mendocino, dos en Yuba y dos en Napa- pero las autoridades estiman que esta cifra aumentará.
El departamento del sheriff de Sonoma dijo el miércoles que ha recibido cerca de 600 reportes de personas desaparecidas.
Unos 300 fueron localizados y se espera que el resto esté bien pero no haya podido entrar en contacto con sus familiares por el mal estado de las redes de comunicación.
"Evento catastrófico"
Más de 300 equipos de bomberos de estados vecinos y el resto del país se movilizan a California para ayudar en el combate de las llamas.
Un total 73 helicópteros, 30 aviones cisterna y 8,000 están en la línea de fuego, informó el jefe de los bomberos de California, Ken Pimlott.
"Esto es serio, crítico, un evento catastrófico", dijo Pimlott. "Nuestro objetivo principal es llevar esos recursos a los incendios".
Pimlott explicó que los efectos de una sequía de cinco años sirve de combustible para los incendios.
"Tenemos literalmente vegetación explosiva", indicó.
Miles perdieron sus casa y 25.000 fueron evacuados solo en Sonoma, según cifras oficiales.
Más de 3.500 casas y comercios quedaron destruidas, incluidas varias bodegas en Sonoma y Napa, corazón de la producción de vino en California.
El presidente Donald Trump declaró estado de desastre mayor en California, liberando fondos y recursos federales para encarar la situación, mientras que el Brown declaró estado de emergencia en ocho condados.
Michael Desmond es uno de los cientos de residentes del barrio Coffey Park de Santa Rosa que perdieron sus casas.
"Me siento violado, como asaltado por un ladrón", dijo este hombre de 63 años mientras observaba los escombros de lo que una vez fue la casa donde creció.
Entre las bodegas más perjudicadas están William Hill Estate Winery en Napa, Signorello Vineyards, Stags' Leap y Chimney Rock.
Los incendios forestales son comunes en el oeste de Estados Unidos durante la estación de sequía en los meses más calientes, pero este año están entre lo más letales de la historia.
El incendio en el parque Griffith en Los Ángeles en 1933 mató al menos a 29 personas y 25 murieron en el de Oakland Hills dos años antes.