LONDRES. Reino Unido sumió en una crisis las conversaciones comerciales del Brexit al reconocer explícitamente que podría infringir el derecho internacional al ignorar partes de su tratado de divorcio con la Unión Europea, lo que provocó una pronta reprimenda de la jefa del brazo Ejecutivo del bloque.
Haciendo caso omiso de las advertencias de Bruselas de que la violación del tratado impediría que se materializase un acuerdo comercial, Londres dijo en la legislación propuesta que ignoraría partes del Acuerdo de Retirada que se firmó en enero pasado.
El proyecto de ley sobre los mercados internos establece que ciertas disposiciones “tendrán efecto a pesar de la incoherencia o incompatibilidad con el derecho internacional u otro derecho interno”. El Gobierno británico ha dicho que el derecho internacional se infringiría “de manera específica y limitada”.
Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, tuiteó rápidamente que estaba “muy preocupada por los anuncios del Gobierno británico sobre sus intenciones de incumplir el Acuerdo de Retirada”.
“Esto rompería el derecho internacional y socavaría la confianza. Pacta sunt servanda = base de relaciones futuras prósperas”, dijo. Esta máxima en latín, que significa que “los acuerdos deben cumplirse”, es un principio básico del derecho internacional.
La publicación del proyecto de ley, el día en que el principal negociador de la UE llegó a Londres para una nueva ronda de conversaciones comerciales, sugirió a algunos que el primer ministro Boris Johnson podría estar tratando de incitar al bloque a salir dando un portazo de las negociaciones.
Pero fuentes de la UE dijeron a Reuters que no buscarían una suspensión.
AMENAZA KAMIKAZE
De ser aprobado, el proyecto daría a los ministros la facultad de hacer caso omiso de partes de ese protocolo modificando la forma de las declaraciones de exportación y otros procedimientos de salida.
Pero la lista de acuerdos específicos que podrían ignorarse incluye no sólo las disposiciones del Protocolo de Irlanda del Norte sino también “cualquier otra disposición del Acuerdo de Retirada de la Unión Europea” y “cualquier otra ley de la Unión Europea o derecho internacional”.
El proyecto de ley dice que Reino Unido puede “desaprobar” las disposiciones, incluida una que se refiere a Irlanda del Norte y a las ayudas de estado. El equipo de Johnson considera que la ayuda estatal es crucial para asegurar que puedan incubar nuevas empresas de tecnología con implantación mundial sin que Bruselas se lo impida.
El portavoz de Johnson afirmó que el acuerdo de divorcio de la UE era igual que otros tratados y que había sido “acordado al ritmo de las circunstancias políticas más desafiantes posibles”.