SAN SALVADOR. El país votó para renovar el Congreso y las alcaldías, en unas elecciones cruciales para el presidente Nayib Bukele, que busca afianzar su poder con una mayoría legislativa.
En una una jornada de diez horas, unas 5.4 millones de personas estaban llamadas a sufragar.
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Tras una campaña marcada por la violencia, la votación, que también determinará los designados al Parlamento Centroamericano, unos 40 mil efectivos vigilaron los comicios, entre policías y militares y observadores internacionales.
“Decían que era mentira, que era imposible que el (TSE) hiciera fraude, si eran los garantes del Estado de derecho. Se los dijimos mil veces, que por corrupción o incompetencia, todo lo harían mal”, escribió Bukele en Twitter.
Horas más tarde, en conferencia de prensa antes de emitir su voto, Bukele insistió en el tema, pero evitó hablar de “fraude”. En cambio, aludió a “irregularidades generalizadas, no intencionales y también intencionales”, y pidió a los salvadoreños votar para llevar a cabo la “operación remate” contra sus opositores.
El Tribunal Supremo Electoral (TSE) abrió un proceso administrativo contra Bukele tras la conferencia de prensa en plena jornada electoral .
De 10 partidos contendientes, los salvadoreños votaron para elegir los 84 diputados a la Asamblea Legislativa, autoridades de 262 alcaldías y 20 diputados al Parlamento Centroamericano, una instancia de la integración regional.
Las encuestas presagian el fin del control que desde 2018 mantienen en el Congreso la derechista Alianza Republicana Nacionalista (Arena) y el exguerrillero Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN, izquierda).
La votación podría marcar la consolidación en el poder de Bukele si logra alcanzar una mayoría legislativa con sus partidos aliados Nuevas Ideas (NI), que ayudó a formar, y Gran Alianza Nacional (Gana), que le postuló a la presidencia.