IZALCO. Un grupo de trabajadores soldaba desde el lunes láminas de acero para cubrir por completo las puertas de las celdas en las que se recluyen a cientos de pandilleros en El Salvador con el propósito aislarlos y evitar la comunicación entre ellos.
Tras un inusual incremento de los homicidios en el país centroamericano, atribuidos principalmente a las pandillas llamadas “maras”, el presidente Nayib Bukele ordenó endurecer las medidas en las cárceles y en los territorios.
Más tarde, Bukele celebró a través de sus redes sociales la implementación de un régimen de aislamiento adoptado de una prisión de máxima seguridad en El Salvador, donde se recluyen cabecillas.
“Ya no se podrá ver hacia afuera de la celda. Esto evitará que puedan comunicarse con señas hacia el pasillo. Estarán adentros, en lo oscuro, con sus amigos de la otra pandilla”, dijo el presidente y advirtió a quienes sigan con violencia que sólo “les quedan algunas horas”.
En el complejo carcelario Izalco, a 65 kilómetros de la capital, miembros de las pandillas Mara Salvatrucha (MS-13) y su rival Barrio 18 eran exhibidos, únicamente con ropa interior, sus tatuajes alusivos, cabelleras rapadas y sin ningún tipo de protección en el marco de la emergencia por el coronavirus.
En todo el sistema de cárceles están recluidos unos 17 mil pandilleros, informó la Dirección de Centros Penales.
La medida fue criticada por el director de Human Rights Watch (HRW) para las Américas, José Vivanco, quien llamó a la Organización de los Estados Americanos (OEA) a considerar las acciones emprendidas por Bukele.
“Bukele parece decidido a convertirse en un verdadero autócrata”, dijo Vivanco. “Si continúa por el mismo camino, se graduará muy pronto de caudillo”, advirtió, por lo que urgió a “hacer todo lo posible por evitar que El Salvador se convierta en otra dictadura latinoamericana”.
Durante el fin de semana, el país centroamericano reportó un total de 58 homicidios, según datos de la Fiscalía, la jornada más sangrienta desde que el presidente Nayib Bukele asumió su mandato el 1 de junio de 2019.
Bukele ordenó el aislamiento total por 24 horas, la suspensión de todas las actividades al interior de las prisiones y aglutinar a miembros de diferentes pandillas en una misma celda, supuestamente con el propósito de cortar la comunicación.
También autorizó a los cuerpos de seguridad el uso de la “fuerza letal” contra los pandilleros.
El Salvador, que había reportado varios días sin ningún homicidio y una reducción significativa desde la llegada de Bukele a la presidencia, registró el año pasado 36 homicidios por cada 100 mil habitantes.
Ayer, Bukele anunció la detención de “un buen número” de pandilleros que supuestamente serían los responsables de la ola de homicidios.
El Parlamento y el Tribunal Constitucional han criticado el excesivo número de personas detenidas por incumplir las medidas preventivas contra el coronavirus, cómo se realizan las detenciones y que las personas arrestadas sean trasladadas a centros dedicados a los pacientes de Covid-19 sin darles la atención adecuada, lo cual las expondría al contagio.