KABUL. El avance de los talibanes en Afganistán continúa imparable con la toma de otras tres capitales provinciales, elevando así a cinco los centros regionales caídos esta semana bajo control insurgente, en su mayor logro en 20 años de guerra.
La gran ciudad de Kunduz, Sar-e-Pul y luego Taloqan, todas en el norte de Afganistán, cayeron en poder de los talibanes, el más importante avance de la ofensiva militar de los talibanes lanzada en mayo pasado, cuando las fuerzas extranjeras presentes en Afganistán empezaron a retirarse del país.
➡️ Mantente informado en nuestro canal de Google Noticias
“Tras feroces combates, los muyahidines, por la gracia de Dios, capturaron la capital de la provincia de Kunduz”, ubicada a 300 kilómetros al norte de la capital Kabul, anunciaron los talibanes en un comunicado.
En Sar-e-Pul, “los talibanes rodearon un batallón del ejército afuera de la ciudad” y “las demás partes de ésta están bajo control talibán”, declaró Mohamad Hussein Mujahidzada, miembro del consejo de la provincia del mismo nombre.
Más tarde, los insurgentes se apoderaron de Taloqan, en la provincia de Tajar.
Un habitante de la localidad, Zabihullah Hamidi, afirmó por teléfono que vio a las fuerzas de seguridad abandonar el lugar en un convoy de vehículos. “Los talibanes están por todas partes”.
Los insurgentes ya se apoderaron el sábado de la ciudad de Sibargan (noroeste), capital de la provincia de Jawzjan, un día después de hacerse con el control de Zaranj (sudoeste), capital de la provincia de Nimroz, cerca de la frontera con Irán.
“Es el caos total”, afirmó telefónicamente Abdul Aziz, residente de Kunduz.
Antes, a primera hora de la mañana, las fuerzas de seguridad habían abandonado la ciudad de Kunduz para atrincherarse en el aeropuerto provincial, mientras los talibanes aprovechaban para derribar un muro de la prisión y liberar así a cientos de reos, incluidos insurgentes.
A finales de junio, los talibanes conquistaron los distritos que rodean Kunduz y el importante puesto fronterizo de Shir Khan Bandar, que linda con Tayikistán, un eje neurálgico para las relaciones económicas con Asia central.
Las sedes del gobernador, la policía y otros edificios gubernamentales están “por ahora en manos de los insurgentes”, y la mayoría de los civiles huían a zonas más seguras, explicó Nelofar Koofi, parlamentaria por Kunduz.
“La caída de Kunduz es verdaderamente importante, pues liberará a un gran número de combatientes talibanes, que podrán ser movilizados a otros lugares del norte”, señaló Ibraheem Thurial Bahis, consultor de International Crisis Group.
En las otras ciudades tomadas se han repetido las imágenes que muestran a prisioneros huyendo de las cárceles con la ayuda de combatientes talibanes. Muchos de ellos han terminado engrosando sus filas, lo que pone a las tropas del gobierno en inferioridad numérica.
El exembajador estadounidense en Kabul, Ryan Crocker, pronosticó una prolongada guerra civil en vez de la rápida toma del poder por parte de los talibanes.
“Están haciendo lo que están haciendo en parte para crear un clima de miedo y pánico”, dijo a la cadena ABC.