ROMA. No importa que la ley haya sido violada, lo importante era reactivar la luz suspendida desde hacía una semana a un edificio de la capital ocupado ilegalmente por 450 personas en Roma, entre ellas cien menores. Con una acción absolutamente inusual para un eclesiástico, el limosnero del papa Francisco, el cardenal polaco Konrad Krajewski, que se ocupa de las obras de caridad del pontífice, rompió los sellos que embargaban los contadores para reanudar el suministro de energía eléctrica, cortada a causa de una deuda de 300 mil euros con la compañía que abastece la electricidad en Roma (ACEA).
“Asumo la responsabilidad y también pagaré las boletas de la luz de los inquilinos”, afirmó el purpurado.
“Era un caso desesperado… yo me ocupo de los pobres, lo hice por los niños y sus familias que no tenían luz ni agua caliente”, dijo Krajewski, ciudadano del Vaticano cuyo acto podría dar lugar a un problema legal a nivel político-diplomático entre el Estado pontificio e Italia. Por lo pronto, tendrá que responder a la iniciativa de la ACEA que ya presentó una denuncia a la policía “contra desconocidos” por la “reactivación abusiva y el robo de energía eléctrica”.
Muy crítica fue la reacción de Matteo Salvini, ministro del Interior y líder de La Liga, uno de los dos partidos que integran el gobierno italiano, que había invitado al cardenal a pagar la deuda.
“Apoyar las irregularidades nunca es una buena señal, considerando que hay tantos italianos, y también inmigrantes legales, que tienen muchos problemas económicos pero que pagan sus boletas. Como ministro del Interior, tengo la obligación de garantizar el respeto de la ley y si el Vaticano quiere pagar las boletas a todos los italianos en dificultad, que nos proporcione el número de una cuenta corriente”, señaló.
La iniciativa del cardenal provocó comentarios, a favor y en contra, en las redes sociales. Quien aplaude su gesto caritativo y quien lo critica por considerarlo no sólo ilegal sino “de fachada”.
A ojos de algunos, el religioso se erigió como una suerte de héroe cuando la noticia se viralizó ayer por la mañana. El periódico de izquierda italiano La Repubblica publicó un titular en el que lo llamaba "El Robin Hood del Papa" y lo alababa por hacer lo correcto dadas las circunstancias.
El edificio está ocupado desde 2013 por inmigrantes e italianos que perdieron sus hogares