Sombrero de ala ancha, canana de cuero y rifle en mano. Su gusto por México lo llevó incluso a fotografiarse disfrazado de héroe de la Revolución mexicana. Pero quizá Pablo Escobar, el capo colombiano de la cocaína, murió sin imaginar que los socios del norte terminarían manejando su negocio.
De ser un enlace con el mercado estadounidense en los años noventa, los mexicanos pasaron a ser los amos de la droga que se produce en Colombia: no sólo financian la fabricación, sino que supervisan los cargamentos desde Colombia. Son conocidos como los “invisibles”, explica Esteban Melo, coordinador de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc) en Colombia.
Entérate de: Arrestan a Matteo Messina, el jefe de la mafia más buscado en Italia desde hace 30 años
Se ocupan del “financiamiento, y para eso no necesitan ser visibles, no necesitan tener todo un cuerpo armado atrás, porque ellos no están metidos aquí en esas disputas territoriales por el negocio”.
A la fecha hay unos 40 mexicanos capturados -principalmente por narcotráfico- en prisiones colombianas, según la Defensoría del Pueblo (Ombudsman). Buena parte son emisarios del Cártel de Sinaloa o de Jalisco Nueva Generación que fueron detenidos en zonas por donde se mueve la cocaína en el Pacífico, el Caribe y en la frontera con Venezuela.
Allí cumplen “un papel de supervisión (para) asegurarse de que los envíos se hagan bien” rumbo a Estados Unidos vía Centroamérica, resalta Kyle Johnson, experto de la Conflict Response Foundation. “Se ha dado la vuelta en términos de poder entre colombianos y mexicanos, porque se ha cambiado quién controla las partes más rentables del negocio”, señala.
El kilo de cocaína, que puede costar unos 994 dólares en Colombia, alcanza los 28 mil dólares en Estados Unidos y unos 40 mil en Europa, de acuerdo con el sitio especializado Insight Crime.
➡️ Suscríbete a nuestro Newsletter y recibe las notas más relevantes en tu correo
Antes “había una división del trabajo: los colombianos producían, almacenaban la coca, la ponían en el litoral Pacífico, Caribe o en los puertos; y el traslado a México (...) o a EU corría por cuenta de mexicanos”, explica el general retirado y exvicepresidente de Colombia, Óscar Naranjo.
Pero con la caída de los grandes cárteles se atomizó. Los mexicanos terminaron “subordinando” a las colombianas. Bajo su supervisión, la cocaína viaja a EU en lanchas rápidas o submarinos.
ESCUCHA EL PODCAST⬇️
Disponible en: Acast, Spotify, Apple Podcasts, Google Podcasts, Deezer y Amazon Music