China considera reemplazar a Carrie Lam tras violentas manifestaciones

El hombre acusado de asesinato cuya extradición a Taiwán desencadenó el movimiento de manifestaciones, fue liberado

AFP y EFE

  · jueves 24 de octubre de 2019

Foto: Especial

PEKÍN. China prevé reemplazar a la jefa del Ejecutivo de Hong Kong, Carrie Lam, después de cuatro meses de manifestaciones cada vez más violentas en el territorio autónomo, informa el periódico Financial Times.

En el cargo desde 2017, Lam cristaliza la ira de los manifestantes, que en su mayoría exigen su renuncia. Hasta ahora, China respaldó a la líder y denunció la violencia de los manifestantes, quienes desde junio exigen más autonomía y libertades civiles frente a lo que consideran una influencia creciente de Pekín.

Según el Financial Times, que cita a personas informadas sobre las deliberaciones en curso, las autoridades centrales están elaborando un plan para sustituirla por un jefe del Ejecutivo "interino".

Las fuentes dijeron al diario británico que todo dependía de la situación. Una vuelta al orden es un requisito previo para cualquier reemplazo de Carrie Lam, con el fin de no dar la impresión de ceder ante la violencia.

Desde que las autoridades prohibieron a principios de octubre el uso de la máscaras durante las manifestaciones, Hong Kong ha experimentado un aumento de la violencia, con muchos actos vandálicos.

Si el presidente chino, Xi Jinping, valida el reemplazo de Lam, el sucesor asumiría el cargo en marzo, señaló el diario. Nombrada por un comité proPekín para dirigir Hong Kong, la antigua colonia británica devuelta a China en 1997, Lam solo cuenta con el apoyo de alrededor del 22% de la opinión pública, según una encuesta reciente.

Paralelamente, el Parlamento de Hong Kong retiró de manera oficial la polémica propuesta de ley de extradición que originó las protestas masivas desde junio.

El anuncio de la retirada se produce ocho meses después de ponerla sobre la mesa: una norma que, según opositores, activistas y abogados, habría permitido que Pekín accediera a "fugitivos" refugiados en la excolonia británica para llevarlos a su jurisdicción y procesarlos en un sistema carente de garantías.