China lanzó el jueves 11 misiles cerca de Taiwán durante vastos ejercicios militares tras la visita a Taipéi de la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, disparos que Washington consideró una reacción "exagerada" e instó a disminuir tensiones.
Pese a las advertencias de Pekín, que ve a Taiwán como parte de su territorio, Pelosi hizo una visita relámpago a Taipéi el martes, en la que aseguró que Estados Unidos "no abandonará" a la isla autónoma. El jueves llegó a Japón, última etapa de su gira asiática.
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Para China, la iniciativa de la legisladora demócrata, segunda en la línea sucesoria del presidente Joe Biden, fue una "provocación". En respuesta, lanzó una serie de ejercicios militares alrededor de Taiwán, abarcando algunas de las rutas de navegación más transitadas del mundo.
Washington acusó a Pekín de haber reacionado "exageradamente" a la visita de Pelosi y avisó de que su portaaviones "USS Reagan" seguirá "vigilando" los alrededores de Taiwán. Estados Unidos también anunció haber aplazado una prueba de misil intercontinental "para evitar una mayor escalada de las tensiones", según un vocero de la Casa Blanca, John Kirby.
El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, dijo que espera que China no busque un pretexto para aumentar sus operaciones militares agresivas.
Las maniobras de Pekín incluyeron disparos de misiles convencionales hacia las aguas de las costas orientales de Taiwán, indicó Shi Yi, un portavoz de las fuerzas militares chinas.
El ministerio taiwanés de Defensa confirmó el lanzamiento de 11 misiles balísticos de tipo Dongfeng en "las aguas del norte, sur y este de Taiwán.
Además, denunció que 22 aviones militares cruzaron la "línea media" del estrecho de Taiwán, una coordenada no oficial pero que raramente se traspasa, a medio camino entre las costas de China y las de la isla autónoma.
Bloquear la isla
Los ejercicios buscan simular un bloqueo de Taiwán e incluyen "el asalto de objetivos en el mar, el ataque de objetivos en tierra y el control del espacio aéreo", según la agencia oficial china Xinhua.
La hipótesis de una invasión de Taiwán, con 23 millones de habitantes, es poco probable. Pero, desde la elección en 2016 de la actual presidenta, Tsai Ing-wen, han aumentado las amenazas para llevarla a cabo.
Tsai, que pertenece a un partido independentista a diferencia del gobierno anterior, se niega a reconocer que la isla y la parte continental forman parte de una misma China.
Estos últimos años, las visitas a Taipéi de responsables y legisladores extranjeros se han multiplicado, lo que ha acrecentado la indignación de Pekín.
Como respuesta, China ha buscado aislar a Taiwán a nivel diplomático e incrementado la presión militar contra la isla.
Sin embargo, analistas han dicho a AFP que el presidente chino, Xi Jinpeng, no busca una escalada, al menos por ahora.
"Lo último que quiere Xi es que estalle una guerra accidental", a pocos meses del XX Congreso del Partido Comunista Chino que debe otorgarle un nuevo mandato, estimó Titus Chen, profesor asociado de Ciencias Políticas en la Universidad Nacional Sun Yat-Sen de Taiwán.
Pero, para Amanda Hsiao, analista de China para el International Crisis Group, "el anuncio de los ejercicios militares chinos representa una clara escalada de la actual base de actividades militares chinas en torno a Taiwán y de la última crisis en el estrecho de Taiwán de 1995-1996".
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"Actuando así, Pekín indica que rechaza cualquier soberanía" de las autoridades taiwanesas, agregó.