El presidente chino, Xi Jinping, estimó el martes que su país libra una importante batalla contra el "demonio" del nuevo coronavirus y pidió transparencia en los esfuerzos que hace su gobierno para contener la epidemia.
"La epidemia es un demonio y no podemos dejar escondido ese demonio", dijo Xi durante una reunión con responsables de la Organización Mundial de Comercio (OMS), según informaron medios públicos. "El gobierno chino siempre ha tenido una actitud abierta, transparente y responsable a la hora de difundir información a nuestros ciudadanos y a otros países", agregó.
Cuando surgió la epidemia del Síndrome Respitario Agudo Severo (SRAS) en 2002-2003, la OMS había criticado duramente a China por haber retrasado la difusión de la alerta por la enfermedad y haber intentado minimizar su importancia.
La epidemia mató a 774 personas en el mundo, 648 en China.
Pekín muestra una actitud totalmente diferente en esta ocasión al publicar cifras diarias actualizadas y no dudar en confinar la ciudad de Wuhan.
Las declaraciones de Xi coinciden con un aumento de las críticas en China por la reacción lenta de las autoridades y el comportamiento de los medios de comunicación, que acusaron a internautas de expandir "rumores" cuando la epidemia no estaba aún oficialmente confirmada.