Ciudad del Vaticano.- Fueron necesarios 67 anos para llegar a la firma de un acuerdo, si bien “provisional” entre el régimen comunista de la Republica Popular China y el Estado representante del catolicismo universal, el Vaticano. El acuerdo, anticipado en dias pasados, se firmo este sabado y concierne el nombramiento de los obispos en el pais asiatico, uno de los temas de mayor discordia entre las partes a lo largo de mas de seis décadas.
Al dar la noticia, el Vaticano preciso que el acuerdo se refiere unicamente al aspecto religioso, pastoral, y no implica el restablecimiento de las relaciones diplomaticas entre Pekin y la Santa Sede, interrumpidas desde 1951 dos anos después de la llegada al poder del partido comunista. “Este no es el fin del proceso, sino solo el inicio para permitir a los creyentes tener obispos en comunion con Roma y al mismo tiempo reconocidos por las autoridades chinas”, afirmo el vocero papal Greg Burke, desde Vilnius, Lituania, donde Francisco inicio su viaje en los paises balticos.
Y si bien ha suscitado malhumores en la galaxia catolica (como el manifestado por el arzobispo de Hong Kong, cardenal Joseph Zen, que hablo de “traicion”), para el Vaticano el acuerdo tiende a crear condiciones de “mayor libertad, mayor autonomia, y la posibilidad de una mejor organizacion”, de los catolicos en China, para que de esa manera “se dediquen al anuncio del Evangelio y a contribuir al desarrollo integral de la sociedad y de la persona”, como afirmo el Secretario de Estado del Vaticano, cardenal Pietro Parolin.
El paso determinante para llegar el acuerdo lo dio el Papa Francisco, que con el fin “de sostener el anuncio del Evangelio en China”, decidio readmitir en la plena comunion con Roma, a ocho obispos ordenados en Pekin sin el mandato pontificio. A este respecto, cabe recordar que, hasta ahora, el nombramiento de los obispos era prerrogativa esclusiva del Papa y que aquellos ordenados por las autoridades chinas, no eran reconocidos y corrian el riesgo de ser excomulgados, como acontecio en numerosas ocasiones.
Para el cardenal Parolin, “numero dos” del Vaticano, tras precisar que Francisco, al igual que sus inmediatos antecesores, “ve al pueblo chino con particular atencion y especial cuidado”, preciso que “se necesita unidad, se necesita confianza y se necesita un nuevo empuje, como también tener buenos obispos que sean reconocidos por el Papa y por las legitimas autoridades civiles de su pais (China, ndr)”.
El acuerdo fue firmado en Pekin por el subsecretario de la Santa Sede para las relaciones con los Estados, monsenor Antoine Camilleri, y por el vice-ministro de asuntos exteriores de China, Wang Chao, y si bien no han sido a conocer sus detalles, se sabe que las autoridades de Pekin podran seguir designando a los obispos locales y una vez aprobado por las autoridades chinas, el nombre del candidato sera transmitido al Vaticano, que tendra algunos meses de tiempo para dar su aprobacion o poner su veto. En este ultimo caso, se preve el inicio de un dialogo a ultranza entre las partes.
Se podria decir por lo pronto, que se ha dado un primer paso, si bien pequeno y con algunos desacuerdos catolicos, con miras a una completa normalizacion de las relaciones politicas entre la Iglesia de Roma y el gobierno chino a nivel de Estados, conscientes de que el camino sera aun muy largo para lograr el objetivo.