WASHINGTON. La crispación política en EU tras la aprobación de los cargos políticos en la Cámara baja contra el presidente Donald Trump se recrudeció ayer con acusaciones mutuas entre los líderes republicanos y demócratas en el Congreso, y los insistentes ataques al proceso por parte del mandatario.
“Fui enjuiciado políticamente anoche sin un solo voto republicano con la continuación de los demócratas que no hacen nada en la mayor Caza de Brujas de la Historia de EU”, tuiteó Trump.
La división en el Congreso, con los demócratas con mayoría en la Cámara de Representantes y los republicanos en el Senado, quedó patente de nuevo con el cruce de ataques verbales el día después de la histórica votación, que dio luz verde a un juicio político contra Trump por obstrucción al Congreso y abuso de poder debido a las presiones a Ucrania para que investigara a su rival político, el exvicepresidente Joseph Biden.
El líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, lamentó que la “ira partidista” de los demócratas haya creado “un nuevo precedente tóxico que tendrá eco en el futuro”.
El procedimiento marca que la demócrata Nancy Pelosi, como presidenta de la Cámara de Representantes, entregue los cargos contra Trump al Senado para que se inicie el juicio político que lleve a su absolución o destitución. El último giro de guión, sin embargo, amenaza con postergar los tiempos para el inicio del proceso.
Pelosi declaró que no tiene claro cuándo dará ese paso alegando que los republicanos que controlan el Senado no han ofrecido garantías de un juicio político justo para la oposición.
“Por el momento no vemos nada que nos parezca justo. Esperemos a que sea justo, y cuando veamos que lo es, enviaremos a nuestros representantes”, dijo Pelosi sobre los republicanos en el Senado.
Los progresistas han pedido que durante el juicio político en la Cámara alta comparezcan testigos adicionales a los que ya testificaron durante la investigación para abrir este proceso; algo a lo que se han opuesto los conservadores.
Al retener la entrega de los cargos políticos al Senado, los demócratas añaden incertidumbre al calendario e intentan presionar a McConnell, que será quien diseñe el formato del juicio, para que acepte sus condiciones. Este replicó ayer que la decisión de Pelosi responde a que tiene “demasiado miedo” de presentar su “chapucero trabajo” a la Cámara alta.
En tanto, el líder ruso, Vladímir Putin, defendió a Trump y dijo que el juicio no prosperará. “Aún debe pasar al Senado, donde los republicanos son mayoría. Y es poco probable que quieran sacar del poder a un representante de su partido basándose en acusaciones inventadas”, dijo Putin durante su rueda de prensa anual.
“El partido que perdió las elecciones, intenta lograr sus objetivos usando otros medios y acusando a Trump de complot con Rusia. Y cuando queda claro que no fue así, inventan la historia de presión contra Ucrania”, dijo Putin.