En este texto te contamos cómo se celebra esta fiesta en el mundo. Mientras en Argentina gozan de la playa porque inicia su verano, en Ucrania los árboles de Navidad se adornan con telarañas debido a una leyenda local.
Llegó la época que para muchos es la más bonita del año. Convivimos con los aromas de galletas de jengibre, de panes con frutas secas, de vino caliente, de ponche; de las luces de colores y de las velas, de regalos y villancicos.
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Millones de personas en el mundo celebran las fiestas de Navidad y Año Nuevo. Ambas se acompañan de ritos y costumbres que varían de un país a otro. Pero hay elementos comunes: el Árbol de Navidad, las Coronas de Adviento, los Belenes o Nacimientos del Niño Jesús, los calcetines colgados en la chimenea, los bastones de caramelo, las piñatas, los turrones.
También son universales los villancicos, las posadas en las naciones cristianas y San Nicolás, Papa Noel/Santa Claus, Kris Kringle o el Abuelo Frío, según las latitudes.
Se envían tarjetas, se intercambian felicitaciones, se observan reglas religiosas como la Misa de Gallo en la víspera de Nochebuena y se ofrecen y reciben regalos.
Pero estas fiestas si bien universales no se festejan en la Federación Rusa y en Ucrania en diciembre, sino el 7 de enero, porque la Iglesia Ortodoxa utiliza el calendario Juliano.
Y hablando de regalos, precisamente, allá en el Círculo Polar Ártico, vive una de las personas más conocidas del mundo. Se trata de Rovanieme, en Laponia, la región más al norte de Finlandia, ciudad natal de Papa Noel/San Nicolás o Santa Claus.
Ahí se entrecruzan los cuentos de hadas, las auroras boreales con sus mágicos colores, con los duendes de los talleres de Santa que en estos días están muy ocupados: desde horneando galletas como envolviendo regalos para los millones de niños que se portaron bien y que visitará esta Nochebuena.
Pero la Navidad y el Año Nuevo no se asocian solo con el frío como en el Hemisferio Norte, sino que en el Cono Sur: Australia, Argentina, Brasil, Chile gozan del verano y de temperaturas que van de 25 a 38 grados centígrados.
Y sus habitantes, después de disfrutar de la playa, asisten a conciertos navideños y villancicos a la luz de las velas, en el caso australiano.
Pero en Argentina, donde el verano entra precisamente el 21 de diciembre, no es obstáculo para que haya árbol de Navidad con nieve y todo, renos y Papá Noel que viene desde el Polo Norte, en el Ártico para llevar juguetes casi en el Polo Sur a los niños.
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En la cena prevalecen los platos fríos. El más tradicional es el Vitel Toné, esto es ternera ahumada. No puede faltar el matambre relleno. El plato principal es el asado argentino. Hay helado y ensalada de frutas, pan dulce, turrones, frutas secas y chocolates, informó la Embajada de Argentina en México.
Hay países como Japón, que la festividad de Navidad es inexistente, pero llega diciembre y se limpian las casas y se eliminan enseres. Se renueva incluso el vestuario.
Sólo se celebra el 31 de diciembre el “Omisoka” o Gran Día Final del Año en el que la familia reunida degustan los tazones de tradicionales fideos, símbolo de longevidad. Las celebraciones sintoístas concluyen el 4 de enero.
San Nicolás llega el 6 de diciembre en Alemania; pero no es hasta el día 24, tras encender las luces del árbol y cantar los villancicos, cuando por fin, se abren los regalos.
Las casas se engalanan con ramas de Santa Bárbara, musgo y nueces pintadas.
En medio de las nevadas que son copiosas, en casa se hornean pasteles de distintos tipos y las mesas se engalanan con gansos rellenos con manzanas, carne de cerdo asada, y cerveza mucha cerveza.
No faltan las leyendas en las diferentes regiones del mundo. Por ejemplo, en Ucrania, el árbol de Navidad se cubre con telas de araña. Sí, con telarañas.
Y esto viene de una leyenda muy antigua que dice que “….una viuda muy pobre y sus hijos cubrieron su árbol de Navidad con telas de araña. No tenían con qué adornarlo ni dinero para su decoración ….”
Una noche, un grupo de arañas vio el árbol y decidieron redecorarlo con cintas doradas y plateadas. Desde entonces, la familia de la viuda prosperó y nunca más pasó penurias.
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En Eslovaquia, el jefe de familia toma una cuchara del plato tradicional de Navidad “Loksa” y lo arroja al techo. De acuerdo con la tradición, mientras más comida quede pegada más próspero será el siguiente año.
Los noruegos asocian la Navidad con la luz de las velas y el fuego en un rincón de la casa. Las fiestas empiezan el 13 de diciembre, Día de Santa Lucía. Todos decoran sus casas con canastas trenzadas, coronas de tallo de lino y figuritas de duendes.
En las mesas de los hogares se colocan recipientes con arroz en los que se esconde una almendra. Esto es, el comensal afortunado gozará de buenos augurios.
El 25 de diciembre en la India, es fiesta nacional. Los cristianos celebran la Navidad según las costumbres de Occidente. El Año Nuevo se celebra de acuerdo al calendario lunar: el 20 de abril, con grandes hogueras y baños rituales.
Millones de peregrinos acuden al Río Ganges y a pozos y estanques sagrados para bañarse.
En India, la festividad más cercana a la Navidad es el “Diwali”, en la que se adora a la diosa de la riqueza y la prosperidad Lakshmi. Los amigos y parientes se reúnen para intercambiar regalos y jugar a las cartas.
Janucá es la fiesta con que los judíos conmemoran la purificación del Templo de Jerusalén en el año 165 AC.
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La Navidad cristiana y la Janucá hebrea tienen muy poco que ver en su fondo, pero mucho en la forma de celebración. Ambas tienen en común, entre otros aspectos, la época en que se celebran; los 8 días que dura la festividad hebrea y los 8 días que median entre la Navidad y el Año Nuevo cristiano.
También el carácter familiar y hogareño, los regalos para los niños y, sobre todo, la importancia de la luz.
En Canadá, si bien el tradicional encendido de luces de Navidad se inició en la colina del Parlamento en Ottawa, el pasado 5 de diciembre y cada día, hasta el 7 de enero se podrá disfrutar de esta magia de invierno en todas las ciudades a lo largo y ancho de este gran país, especial es pasar la Navidad en Quebec.
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Esta bella ciudad se transforma en un pueblo mágico, sobre todo el Viejo Quebec, donde el espíritu navideño está en cada rincón de sus callejuelas, sobre todo en el Barrio Petit Champlain.
Es como vivir esos cuentos de Navidad. Todas sus calles cubiertas de nieve. Enormes árboles cuajados de nieve y de luces y disfrutar de la belleza del Chateau Frontenac, a la orilla del caudaloso Río San Lorenzo.
En Italia, la Nochebuena las familias disfrutan de la tradicional “cenone” o la gran cena. Según las regiones pero no falta la pasta rellena, los espaguetis con almejas, anguilas, verduras y turrón.
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En la madrugada los niños reciben la visita de Papa Noel. Los infantes vuelven a recibir regalos, pero el 5 de enero, pero ahora de la bruja buena o Befana.
En la Noche Vieja, los italianos comen lentejas para atraer la buena suerte en el Año Nuevo.
Otra tradición italiana muy popular es regalar artículos de lencería roja, para la buena fortuna.
Y en el caso de los napolitanos y los romanos, una acendrada costumbre es arrojar los trastos viejos por la ventana como símbolo de un pasado finito.