Concluyeron los alegatos del caso de Donald Trump y la actriz de cine para adultos Stormy Daniels. Durante el encuentro, el ex mandatario mostro su inconformidad, su peculiar personalidad se hizo notar entre bostezos, muestras de desinterés y aburrimiento de parte del empresario estadounidense.
La defensa y la Fiscalía en el caso pudieron concluir tras una larga jornada de 11 horas, tiempo que el ex mandatario aprovecho para escribir en Truth Social y mostrar en palabras mayúsculas su fastidio: "¡ABURRIDO!", escribió.
En la sala del Tribunal Penal de Manhattan se oían y veían bostezos tras las once horas de alegatos.
La última en tomar la palabra en esta sesión fue la Fiscalía, que durante la tarde subrayó que a Donald Trump lo acorralan pruebas irrefutables de que falsificó documentos para silenciar a la actriz de películas para adutos y proteger su carrera presidencial en 2016.
El abogado Joshua Steinglass, en su último intento de dejar huella en el jurado antes de que decidan si Trump es "culpable" o "no culpable", pintó a Trump como el centro de este juicio penal, el primero a un exmandatario en la historia de E.U.
"En realidad, Michael Cohen -el antaño abogado y mano derecha de Trump que hizo el pago a Daniels- era más un 'conseguidor' del acusado que su abogado (...) Un tipo 'con las botas en el barro' que podía acosar a la gente y amenazarla con demandas", anotó Steinglass.
Los cargos por delitos graves contra Trump se derivan de pagos a Cohen, para reembolsar como un gasto legal el pago que el abogado hizo a la estrella para cine adulto Stormy Daniels.
El pago se hizo unos días antes de las elecciones de 2016 y según los fiscales, si la historia de infidelidad en 2006 hubiese salido a la luz, podría haber costado a Trump su victoria electoral.
Cohen testificó desde el estrado en este juicio que una vez que Trump estaba asentado en el Despacho Oval de la Casa Blanca, le reembolsó el dinero.
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"El acusado en realidad no pagó a un abogado, sino a una estrella del porno canalizando dinero a través de un abogado", dijo Steinglass.
La defensa, por su parte, en su turno final en la mañana del lunes, había descrito a Cohen como un mentiroso compulsivo cuyo único objetivo es destrozar a Trump. Steinglass intentó desmontar esa teoría durante su turno al señalar que el que fue mano derecha de Trump nunca dijo que su exjefe mantuvo una relación con Daniels y que si su verdadero objetivo era dañar al político habría dado otra declaración.
Un montaña de 'pruebas irrefutables'
Steinglass hizo un repaso cronológico por las declaraciones de los 22 testigos y 300 pruebas que se vieron en el juicio penal e hizo un repaso detallado sobre las llamadas, mensajes y correos electrónicos antes de las elecciones sobre el caso de los pagos a Daniels entre los miembros de la cúpula de Trump.
Las "pruebas irrefutables", según Steinglass son unas notas de Allen Weisselberg, entonces director financiero de la Organización Trump, sobre cómo se le pagaría a Cohen por el dinero que gastó para comprar el silencio de Daniels.
"La ley es la ley y se aplica a todos por igual. No existe ninguna norma especial para este acusado", recordó Steinglass al terminar sus alegatos.
Será hasta el día miércoles en que el caso quedará en manos del jurado. Según el procedimiento, el juez Juan Merchan leerá a los doce miembros del jurado unas instrucciones detalladas de lo que pueden y no pueden hacer mientras duren las deliberaciones y tras ello los enviará a deliberar a puerta cerrada.