Un tribunal de apelaciones ordenó retirar los cargos por declaraciones falsas contra Michael Flynn, exasesor de seguridad nacional del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, lo que le da a la Casa Blanca una victoria en un caso que fue central en la investigación de la supuesta injerencia rusa en las elecciones estadounidenses de 2016.
El tribunal respaldó la resolución extraordinaria del Fiscal General estadounidense, Bill Barr, de retirar los cargos contra Flynn, incluso después de haberse declarado culpable dos veces de mentir al FBI, anulando el fallo del juez federal Emmet Sullivan.
La decisión de Barr de retirar los cargos el 7 de mayo abrió una grieta en el Departamento de Justicia, enfrentándolo con Sullivan y los propios fiscales de la institución.
La medida, tomada más de tres años después de que Flynn fuera investigado por primera vez por discusiones secretas con el embajador ruso, generó acusaciones de que Barr estaba haciendo lo que Trump pretendía políticamente.
La decisión de Barr de abandonar el caso señalaba que la pesquisa original del FBI sobre Flynn no tenía "base de investigación legítima".
Trump calificó en Twitter de "grandiosa" la decisión del tribunal. Anteriormente, había insinuado que podía perdonar a Flynn y se quejaba de una "caza de brujas" por el escándalo de Rusia.
Flynn, un general retirado, acordó en 2017 declararse culpable de perjurio y cooperar con la ley. El año pasado cambió de abogado y de estrategia de defensa, presentándose como una víctima de manipulación política.
Su caso fue la base de una investigación de 22 meses realizada por el consejero especial Robert Mueller sobre la aparente intromisión de Moscú en la campaña electoral que llevó a Trump a la presidencia en 2016.
Flynn generó atención por múltiples contactos con Rusia, incluyendo el pago de decenas de miles de dólares el año anterior para asistir a un banquete en Moscú en el que se sentó junto al presidente ruso, Vladimir Putin.
La investigación apuntó finalmente a sus conversaciones en 2016, antes de la investidura de Trump, con el embajador ruso Sergey Kislyak.
En varias llamadas grabadas por agentes de contraespionaje del FBI, Flynn supuestamente buscó que la entrante administración de Trump se desvinculara de compromisos que Moscú había cerrado con el entonces presidente de Estados Unidos, Barack Obama.
El 1 de diciembre de 2017, Mueller anunció un acuerdo con Flynn por el cual desistiría de algunos cargos a cambio de que se declarara culpable de mentir y cooperase con otras investigaciones.
¿Otra apelación?
La apelación aprobada este miércoles fue impulsada por Neomi Rao, una integrante del tribunal muy controversial y nominada por Trump. Rao sostuvo que el Departamento de Justicia tiene la facultad discrecional de anular cargos sin importar cuan avanzado esté el proceso y un juez no puede desconocer esa potestad.
Uno de los tres jueces del tribunal disintió con la sentencia y dejó abierta la puerta para que, a su vez, el propio juez Sullivan la apele.
El caso Flynn apunta a convertirse en el centro de la sesión del comité de asuntos judiciales de la Cámara de Representes que fue convocada para discutir este miércoles la interferencia política del Departamento de Justicia.
En un documento preparado para esa audiencia, un exmiembro del equipo de Mueller, el fiscal asistente de Estados Unidos Aaron Zelinsky, dijo que la presión de la Casa Blanca fue responsable de la decisión de Barr de socavar a sus propios fiscales en otros casos y de recomendar una leve sentencia contra Roger Stone, asesor de Trump en la campaña de 2016.
Stone fue condenado en noviembre pasado por mentir a los investigadores y manipular testigos.
"Roger Stone fue tratado en forma diferente que otros acusados debido a su relación con el presidente", escribió Zelinsky en el testimonio divulgado antes de la reunión del comité.